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A los 2900 pesticidas, que Brasil tiene registrado, se suman 40 “venenos agrícolas” más para el uso en plantaciones de exportación. Esta medida, (bajo el argumento de mejorar el salario mínimo), lleva al gobierno federal a someterse a los dueños de la agricultura de exportación, para garantizar el crecimiento económico.

El aumento de enfermedades catastróficas es una de las consecuencias de los llamados “agro-tóxicos”. Investigadores estiman que 50 de cada 100 personas con cáncer, en Brasil, son afectados por la contaminación de pesticidas en alimentos, aguas y tierras.

Sena asegura que, las fronteras amazónicas son las más afectadas por el uso creciente de pesticidas, causando una degradación sanitaria y ambiental en el ecosistema.

Reporta: Edilberto Sena, Brasil