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Buen(os) Vivir(es), alternativas para la vida Y PANDEMIA.jpg

                                                                                             Hugo Ramírez / Coordinación General

Hablar del Buen(os) Vivir(es), de alternativas al desarrollo en tiempos de pandemia parece conducir a un debate no oportuno, si el centro de atención y urgencia es atender la emergencia sanitaria que vive el mundo. Sin embargo, la discusión es más que oportuna porque se ponen en debate, la sociedad, el mundo que se quiere y busca construir en el ahora y en el futuro, luego de superada la pandemia. Así lo entiende la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular (ALER), que ha convocado a cuatro importantes personalidades para debatir el tema. Desde Ecuador participa Bélgica Chela, comunicadora comunitaria kichwa, Secretaria Ejecutiva de Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador (ERPE); Desde Bolivia, Adalid Contreras, sociólogo, comunicólogo e internacionalista boliviano, ex Secretario General de la Comunidad Andina de Naciones – CAN y de la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos (PIDHDD); también participa en el webiradio Maitén Cañicul Quilaleo, comunicadora Mapuche del sur de Neuquén, territorio ancestral mapuche de puel mapu en FM Pocahullo y FM Che desde Argentina; finalmente, desde República Dominicana, Humberto Vandenbulcke, fundador de Radio Enriquillo, ex Secretario Ejecutivo de ALER, ex Secretario Ejecutivo y fundador de Unión de Emisoras Católicas de República Dominicana (UDECA). La moderación estuvo a cargo de Sandra Luz Cruz, desde la coordinación de La Voz Campesina Huayacocotla en México.

¿Qué lectura se hace de la pandemia?

Bélgica Chela de ERPE señala que la pandemia agravó la crisis que Ecuador ha estado atravesando con anterioridad. Ya existía un estado de confrontación gobierno y organizaciones sociales, indígenas que se evidenció en el levamiento de octubre de 2019. La pandemia en el momento actual ha desnudado el abandono del gobierno hacia los sectores sociales, el aprovechamiento de determinados grupos políticos, la precariedad en la infraestructura hospitalaria. Frente a este panorama las comunidades indígenas se han organizado y dejado lecciones en el sostenimiento de la economía, el sistema de salud propio en sus territorios.

Adalid Contreras, sociólogo y comunicólogo boliviano considera que hay 4 elementos de análisis. En primer lugar, se trata de un virus desconocido; lo segundo es que la pandemia muestra la perversidad del sistema neoliberal que se traduce en la precariedad del sistema de salud y la pobreza. En tercer lugar pesa mucho más el individualismo que la solidaridad y, finalmente, hay una especie de pandemia comunicacional, lejos de aportar a las soluciones en muchos casos está siendo parte del problema. En estas condiciones hay la posibilidad de construir algo distinto. Es una situación con las que se está luchando que no pasa sólo por el tema de salud sino es un problema estructural.

Maitén Cañicul Quilaleo, representante del pueblo mapuche, señala que la pandemia puso en evidencia un montón de violencias estructurales, refleja las diferencias históricas para con los pueblos. La pandemia interpela la situación de miles de familias que no tienen derechos básicos y el tratamiento policial que se le da a la emergencia. Frente a la inoperancia estatal son los pueblos y comunidades organizadas quienes proponen soluciones. En este aspecto, el rol de los medios comunitarios es vital, es el lugar donde no sólo se convierte en un espacio de utilidad comunicativa sino también el lugar donde se organiza y arman los módulos alimentarios. Es muy difícil dar opiniones acabadas de lo que viene pasando, no sólo por el tema del virus sino el de seguir trabajando en contra del racismo, de las fallas estructurales.

Humberto Vandenbulke, desde República Dominicana comenta que la lectura la hace en el marco del Buen Vivir, considera que se está en un momento de guerra entre el proyecto de producción, proyecto económico y un proyecto de la fragilidad de la vida y el cuidado que hay que darle. No sólo es una lucha en términos económicos sino también en términos políticos. En República Dominicana, en plena pandemia se han tenido las elecciones generales, lo que ha tenido un costo en términos de personas infectadas. Sin embargo, hay cosas interesantes que la gente va reflexionando: la vida es un don y el cuidado mutuo. En esta guerra van apareciendo señales de los principios fundamentales del Buen Convivir.

¿Qué resistencias se construyen desde la interculturalidad durante la pandemia?

Bélgica Chela de ERPE rescata la recuperación de la organización comunitaria, quienes han liderado acciones para que el contagio no se propague, se han elaborado protocolos que los comuneros y comuneras han asumido, esto indica que la comunidad reconoce y legitima las acciones organizadas para la atención de salud y atención alimentaria. Se han hecho respetar ante las propias autoridades los protocolos establecidos por la misma comunidad, también se valora el rescate del conocimiento propio en la prevención y cura de la enfermedad: son resistencias y solidaridad.

¿Qué nuevos elementos deben considerar la práctica de los buenos vivires en el contexto de una pandemia?

El pueblo está dando lecciones afirma Adalid Contreras desde Bolivia, considera que es el tiempo del Buen Vivir. Si hay que buscar alternativas al tiempo que se está viviendo se debe mirar el sumak kawsay, el sumac qamaña, el buen convivir, entender que es el tiempo de la vida. En Bolivia, como nunca, la vida se está valorando, no sólo la vida sino también la vida digna, la vida en armonía. El otro elemento es la convivencia, la comunidad, la solidaridad entre nuestros pueblos. Otro elemento lo refiere a la corresponsabilidad, resulta importante para salir de la crisis, como nunca nos estamos necesitando, debemos cuidarnos entre todos y todas como lo propone el jiwasa. Finalmente, en una situación de tragedia se debe trabajar con las ilusiones de la gente, con la esperanza, el agradecernos que estamos vivos/as y el de seguir viéndonos. Eso es importante junto con el saber celebrar las pequeñas cosas, el saber compartir como lo hicieron las comunidades de Ecuador.

¿Durante la pandemia qué experiencias de buenos vivires te parecen significativas?

Maitén Cañicul Quilaleo, como primera experiencia generalizada es que trasciende fronteras, porque genera redes en torno a la corresponsabilidad y el cuidado. En este contexto, en las comunidades florecieron espacios de intercambio como el trueque, que es una forma de quitarle el valor plata-moneda y empezar a acompañarnos de manera colectiva. En base a estas prácticas se pone en evidencia la capacidad de proponer, siempre estamos proponiendo en relación al Estado y por fuera del Estado; no siempre sale bien, pero hay la voluntad de traspasar fronteras, de poder encontrarnos, lo que da esperanza, fuerza porque la construcción es en conjunto, en forma de redes. Lo que en cada radio se va haciendo se va sumando y generando alternativas, nos vamos reinventando y resignificando en la red y en los territorios.

¿Qué retos enfrentan las radios que apuestan por los buenos vivires durante la pandemia?

Desde República Dominicana, Humberto Vandenbulcke afirma que hay muchos retos, entre ellos la oportunidad que brinda el conflicto capital-poder y el cuidado de la vida para fortalecer la indignación que sienten las comunidades ancestrales en contra de un pensamiento occidental-racional que se aleja completamente del Buen Vivir. Esta radicalización es importante para mantener la actitud de resistencia, para apostar por el cuidado de la vida, para saber que estamos en la construcción de una nueva era, cuyos frutos se verán a largo plazo. En este contexto nuestras radios deben cuidar mucho el trabajo interno, el pensar y el actuar, deben convertirse en un laboratorio donde se cultiva el compromiso con el Buen Vivir. Un compromiso personal y comunitario. La radio tiene el gran compromiso para fortalecer esta mirada, debe seguir en las calles, no estar encerrada, sino sentir las buenas prácticas. La radio es cronista y narradora de las buenas prácticas, potencia con una cercanía muy grande con lo que está pasando. Esta es la mejor diferencia con los otros medios que crean pánico. Es un momento de radicalizarnos, formarnos en la conciencia que somos diferentes. Es un desafío para seguir trabajando en esta ruta.

¿Qué retos enfrentamos en este tiempo de la pandemia?

Para Bélgica Chela el reto de los medios comunitarios es generar esperanza, tener la capacidad de reinventar una mejor comunicación. Es un momento favorable para la radio que volvió a tener vigencia, pero debemos construir un mensaje certero. Las noticias falsas casi lograron poner en pánico y miedo a la población, encerrarlos en su casa. Ayuda mucho trabajar en red para contrastar información, como comunidad, siempre debemos trabajar en unidad.

Hay un reto en la manera de actuar y de metodología para Adalid Contreras. Hay que enfrentar cosas y superarlas en corto para construir cosas en el largo plazo. La normalidad no debe ser de exclusión de los pueblos, la nueva normalidad debe ser la del Buen Vivir. Debemos encontrar otras formas de encontrarnos y demostrar afecto. También extensivo a la familia; recuperar la convivencia familiar, compartir roles, asumir otras maneras de compartir con los/as hijos/as, como nunca, el Buen Vivir tiene que ser muy claro en la lucha contra los femicidios, en la lucha contra el patriarcado. En la calle hay experiencias de cumplimiento de la distancia, de formas de interrelacionarse. En el campo de la comunicación crece el respeto y el derecho a la comunicación, la ética. Hagamos esperanza pero combatiendo lo que hay que enfrentar ahora.

El primer reto es no perder la visión integral para Maitén Cañicul Quilaleo, de eso trata el Buen Vivir, no sólo de las personas sino también de todo el entorno. El segundo reto es no sólo quedarnos en la urgencia, sino tener en cuenta los temas importantes como la militarización de los territorios y de los pueblos, son cosas que con excusa de la pandemia los Estados habilitan. No perder de vista la integralidad del mundo en que vivimos, por otro lado, es importante prefigurar, aun en contextos difíciles, el mundo que soñamos en nuestros espacios. Desde la comunicación, algo que se ha puesto en evidencia es la importancia de cultivar nuestros propios alimentos. Las radios deben tener su lugar para la siembra, para el encuentro aún cuando se haga por turnos. No se debe dejar de comunicar de los otros temas como el problema que atraviesan actualmente los mapuches y que no se imponga el mono tema de la pandemia.

Humberto Vandenbulcke nos recuerda que es el momento para innovar. ALER hizo su proceso de innovación en los últimos 10 años y ya es momento de iniciar otro proceso de innovación. Esto permite leer el contexto y adecuar nuestras experiencias a nuevas condiciones, es tiempo para leer y estudiar, juntando cabezas para innovar. Incidir en políticas públicas, ya que los Estados y gobiernos están débiles, muchos no saben cómo enfrentar la crisis económica, salud, etc. Es momento de formular propuestas en todos los campos y como ALER tiene experiencia en el campo de la educación a distancia se puede aprovechar. Por último, se deben aprovechar todos los medios tecnológicos a mano para comunicarnos con la sociedad que fortalezca la radio.

Frases de despedida

  • Fuerza. La comunicación comunitaria ¡Adelante!
  • Quitarnos los medios para tejer esperanzas.
  • No podemos dejar de caminar, todos y todas somos importantes. Uno llega lejos aunque vaya despacito. No es la primera ni la última crisis que vamos a tener los pueblos.
  • Todo es de todos y todos y todas somos capaces de cuidar lo que creamos, lo que gestamos.