Ecuador sufre una escalada de violencia sin precedentes en los últimos días. Entre el 08 y 09 de enero se vivieron momentos de terror y angustia en toda la población por una serie de atentados que conmocionaron al mundo entero.
Desde explosivos en carros oficiales de la Policía Nacional, motines en al menos siete cárceles del país, secuestros a policías en servicio activo, a guías penitenciarios, coches bomba en distintos puntos del país; hasta la toma de un medio de comunicación en transmisión en vivo.
Estos hechos provocaron un miedo generalizado en toda la ciudadanía. A tempranas horas de la tarde se empezaron a cerrar locales comerciales, centros de administración público y privadas. El caos vehicular se apoderó de la ciudad capitalina en Quito y del puerto principal en Guayaquil, ésta última donde se registró el secuestro a señal abierta del canal TC televisión.
Por su parte, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, firmó el decreto ejecutivo número 111, dónde declaró “conmoción interna” y ordenó a las Fuerzas Armadas salir a las calles.
En el decreto ejecutivo se establece que el país enfrenta índices de violencia crecientes, penetración del crimen organizado al tejido social e institucional y actos terroristas que atentan contra la seguridad territorial y soberanía del estado.
El documento señala a 22 bandas criminales como grupos del crimen organizado transnacional como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes.
En cobertura especial desde Voces Sobre la mesa, Javier Barrios de IRFA Venezuela dialogó con Hernán Reyes Aguinaga, sociólogo y politólogo de la Universidad Central del Ecuador, Quito; y Saúl Salas, jefe de prensa de la, Coordinadora de Medios Comunitarios Populares y Educativos del Ecuador, CORAPE.
Reporta: Ingrid Burgos desde la coordinación general ALER.
