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El informe presentado por la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM) y el informe binacional de la frontera norte, del Servicio Jesuita a Refugiados, visibilizaron diferentes problemáticas con respecto a la migración forzada en los diferentes países de la región.

Se especuló que durante y después de la pandemia, el flujo migratorio se paralizaría e incluso descendería. Lo cierto, es que este contexto mundial incrementó la movilidad forzada de millones de personas hacia otros países. De acuerdo al informe de REDODEM, la crisis económica que generó la pandemia se perpetuó con altos niveles de inflación y desempleo, golpeando de manera particular a las poblaciones ya precarizadas del Sur Global.

El contexto migratorio no es reciente, tiene años de historia. Sin embargo, en los últimos años se visualizan datos alarmantes. De acuerdo al informe de contexto regional, del Servicio Jesuita a Refugiados, los países con mayor tendencia y perfil de dinámicas migratorias están en México, Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú.

Bajo este panorama global, en México, país fronterizo con Estados Unidos, los índices de personas migrantes llegaron a cifras históricas jamás antes vistas.

En México, la violencia a la que se enfrentan las poblaciones en movilidad es constante. Por ello, varias organizaciones como REDODEM y el Servicio de Jesuitas Refugiados generan espacios de contención, atención y protección hacia las personas migrantes.

Desde este espacio, Guillermo Yrizar, académico de la Universidad Iberoamericana de Puebla y Sara Villegas del área legal del Servicio Jesuita a Refugiados nos comparten parte de los hallazgos y exigencias que la sociedad civil hace hacia los gobiernos de México y Estados Unidos.

Reporta: Mónica López de Radio Huayacocotla, México.

 

Fotografía: Gaceta/UDG

 


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Migración