La falta de atención a la situación de los adultos mayores migrantes se refleja en las carencias de programas de asistencia y en la ausencia de estructuras de apoyo adaptadas a sus necesidades específicas. El aislamiento social y emocional se vuelve una realidad para muchos, agravando la vulnerabilidad de una generación que ve transformarse su vida en el contexto de la crisis venezolana.
Carlos Rodríguez, abogado e investigador de (CDH-UCAB), explicó que el estudio “Recomenzar lejos de casa: la migración forzada de personas mayores venezolanas”, describe las barreras a las que se enfrentan las personas mayores migrantes en el disfrute de sus derechos en general y, de manera especial, los derechos correspondientes a su edad.
“Incluso si revisamos los datos de las Naciones Unidas, no sabemos cuántas personas adultas mayores están en condición de movilidad forzada”, señaló Rodríguez.
En esta realidad compleja, es fundamental reconocer y abordar las experiencias de los adultos mayores dentro de la diáspora venezolana. Se requieren políticas inclusivas que consideren sus necesidades particulares, desde servicios de salud adaptados hasta programas sociales que fomenten la integración comunitaria y el apoyo emocional.
La poca información que se tiene sobre el desplazamiento forzado, de este grupo etario en particular, representa una problemática que afecta a la inserción de los mismos en los países de acogida. Rodríguez indicó que, al no contar con estos datos, no se tiene en cuenta cuáles son las vulneraciones y las dificultades que viven diariamente las personas de avanzada edad, y como consecuencia, no se generan respuestas específicas.
Reconocer la realidad de los adultos mayores en la migración venezolana es un paso vital hacia una respuesta más completa y humana a la crisis. Es crucial generar estrategias gubernamentales centradas en el bienestar de esta población, es esencial para garantizar que no se queden en las sombras de la historia migratoria.
Reporta: Edwin Rodríguez/Radio Fe y Alegría – Venezuela.