En los últimos meses, se registró un alarmante incremento de la actividad minera en la Amazonía ecuatoriana, generando crecientes preocupaciones entre ambientalistas y comunidades locales. La actividad minera suma un total de 7.495 hectáreas de superficie, el equivalente a 10.551 canchas de fútbol profesional.
El Informe de la organización no gubernamental EcoCiencia, reveló que entre 2015 y 2021, más de 5.600 hectáreas de nueva minería se incrementaron en la Amazonía ecuatoriana. Este crecimiento alarmante representa un 300%.
De acuerdo al Mapa Base, se muestra que la actividad minera se concentra, principalmente, en cuatro provincias amazónicas: Napo, Zamora Chinchipe, Sucumbíos y Morona Santiago.
En la provincia del Napo, se concentra la mayor parte de la minería de la Amazonía de Ecuador, con un porcentaje del 67%.
Otro de los hallazgos alarmantes que se señalaron en el informe, explicaron que la extensión minera está avanzando fuertemente en los territorios indígenas. El impacto en esta zona representa el 10% de su área total combinada.
Este fenómeno no solo está afectando los ecosistemas naturales, sino que también está generando tensiones entre las comunidades indígenas y las empresas mineras. La explotación de recursos minerales genera conflictos sobre la tenencia de tierras.
A medida que la nueva fiebre minera se propaga, se intensifica el debate sobre el equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente. Los defensores del medio ambiente instan a una revisión urgente de las políticas gubernamentales y a la adopción de medidas más rigurosas para salvaguardar la Amazonía ecuatoriana, un pulmón verde crucial para la salud del planeta.
Reporta: Víctor Gómez de Radio Sucumbíos/Ecuador.