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El primer mandatario de la República Federal de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no solo es el anfitrión de la Cumbre por la Amazonía que hoy concluye en la ciudad de Belém do Pará, sino que de a poco se ha ido posicionando como la cabeza de un bloque de países que buscan la protección total del bioma amazónico, en aras de salvaguardar a las poblaciones que habitan tan inmenso territorio, el respeto de los derechos humanos y el cambio climático.

Durante el desarrollo de la cumbre se han destacado los discursos de cada uno de los representantes de los gobiernos que acudieron a la cita. En el caso específico del presidente Lula da Silva, el eje transversal fue la necesidad de reformar la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), para que se garantice la protección integral de la Amazonía, y se apliquen estrategias de desarrollo sostenibles. El primer mandatario de Brasil fue enfático al afirmar que ‘’nuestras sociedades no han sabido encontrar un equilibrio entre el desarrollo y la sustentabilidad; irrespetando así los derechos de los pueblos, los bosques y las aguas’’.

Tras la creación del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA) en 1978 y la formalización de la OTCA en 1995, los países miembros del acuerdo no habrían hecho una ejecución efectiva de los planes propuestos para la defensa del bosque amazónico. Por ello, el presidente de Brasil enfatizó que a partir de esta Cúpula da Amazônia se formaliza la creación de una nueva OTCA y el nacimiento de ‘’un nuevo sueño amazónico’’.

Pese a que la deforestación es vista como el problema central del bosque amazónico, los mandatarios y en espacial Lula da Silva, han enfatizado que existen graves situaciones sociales que se desarrollan de forma conexa al deterioro de la selva. En la Amazonía persisten graves situaciones de vulneración de los derechos humanos que día a día reportan gobiernos, instituciones y poblaciones residentes en el territorio. A la par del ‘’extractivismo depredador’’ se originan violencias contra los pueblos indígenas, problemas de salud pública, pobreza extrema, deterioro de los suelos y graves perjuicios a las fuentes de agua.

También, en ese establecimiento de la violencia estructural, se hace necesario el generar acciones que permitan luchar contra esa desigualdad persistente. El presidente Lula da Silva dejó en claro que ‘’no es posible la preservación de la Amazonía sin atender este tipo de problemas’’. Además, el primer mandatario de Brasil aseguró que las dinámicas en el gobierno de Jair Bolsonaro generaron consecuencias nefastas para la Amazonía. Lula da Silva afirmó que su antecesor ‘’abrió las puertas para los ilícitos ambientales y el crimen organizado; sus acciones beneficiaron a una minoría que vio el lucro inmediato’’.

En la misma referencia hacia el gobierno Bolsonaro, el presidente Lula estableció que durante 2019 y 2022 fueron recurrentes el sufrimiento constante de las poblaciones indígenas y las persecuciones a defensores de derechos humanos y ambientalistas. Ejemplo de ello, es la invasión que sufrió el territorio Yanomami por parte de mineros ilegales, calificada por el primer mandatario brasileño como un desprecio por la vida humana y el medio ambiente.

En materia de cifras, Lula da Silva destacó que entre los años 2004 y 2012 se redujo la deforestación en la Amazonía un 33% y se evitó que 4 billones de toneladas de CO2 se emitieran a la atmósfera, siendo esta la mayor contribución de un país para la reducción de gases que afectan la atmósfera; para los primeros meses de 2023, la deforestación en la Amazonía se redujo en un 42.5%, demostrando así que es posible lograr un desarrollo sin deteriorar el bosque amazónico. El presidente Lula fue enfático al afirmar que la Amazonía está en la capacidad de almacenar unos 200 millones de toneladas de carbono, un aporte nada despreciable para la regulación del cambio climático.

En la parte final de su intervención Luiz Inácio Lula da Silva referenció una serie de acciones que se consideran dentro de la OTCA para cumplir con los objetivos propuestos en el TCA. En principio, se debe asumir la responsabilidad de agrupar a todos los actores que conviven y trabajan la Amazonía para encontrar las soluciones que permitan su preservación; asumir la transición energética como una política del bloque; restaurar las áreas degradadas por deforestación y promover la agricultura familiar; reafirmar el Acuerdo de Escazú para garantizar la protección de los guardianes ambientales; y establecer en la ciudad de Manaos un centro de cooperación policial internacional para enfrentar los crímenes que surjan dentro de la Amazonía.

El presidente Lula finalizó su discurso referenciando que el sueño de la cumbre es ‘’que cada persona, cada ciudad, cada río, y cada árbol de nuestra basta selva encuentre su lugar en la visión amazónica que hoy nace… el objetivo es dejar a nuestros descendientes un legado de bienestar, prosperidad y justicia social’’. Además, invocó a los otros mandatarios para regresar a sus países con la certeza de que ‘’si no cuidamos a la Amazonía y a sus pueblos de forma responsable, como se debe, no estaremos siendo responsables con uno de los mayores beneficios que Dios nos dio’’.

Por: Oscar Felipe Tellez D.

Fotografía: Presidencia de Brasil, Cumbre Amazónica 2023


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Medio Ambiente