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Este mes se cumplen 29 años de la masacre de seis padres jesuitas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y sus dos colaboradoras, hecho ocurrido en 1989.

La madrugada del 16 de noviembre de 1989 un pelotón del Batallón Atlacat les quitó la vida a Ignacio Ellacuría, Juan Ramón Moreno, Segundo Montes, Ignacio Martín Baró, Amando López y Joaquín López. Además, a Elba y Celina Ramos.

La masacre de los Padre Jesuitas de la UCA y sus dos colaboradoras se dio tan solo unos días después que la guerrilla realizara la ofensiva “Hasta el tope y punto, Febe Velásquez vive”, la que dio un fuerte golpe a las estructuras militares en la capital.

En abril de este 2018, el Juez 3° de Paz de San Salvador, José Alberto Campos Orellana, ordenó la reapertura de la investigación judicial contra los presuntos autores intelectuales del crimen.

La Fiscalía debió presentar requerimiento contra el expresidente, Alfredo Cristiani, y los miembros del Alto Mando del Ejército, René Emilio Ponce, ex jefe del Estado Mayor Conjunto, quien ya falleció; juan Rafael Bustillo, excomandante general de la Fuerza Aérea; Juan Orlando Cepeda, ex viceministro de la defensa; Inocente Orlando monta, ex viceministro de seguridad; Francisco Elena Fuentes, ex comandante de 1° Brigada de Infantería y Rafael Humberto Larios, ex ministro de defensa.

La UCA espera que finalmente se esclarezca este caso y se haga justicia, en el marco de la conmemoración del martirio de los jesuitas y sus colaboradoras, realizó este sábado la tradicional vigilia para recordarles, en las instalaciones de la universidad.

En este marco recordamos el poema escrito por Alberto Quiñónez, ganador del primer lugar del Certamen Literario Conmemorativo de los Mártires de la UCA 2017.

“Terquedad de la memoria”

Podrán borrar mil tormentas aquel sitio.
Podrán llegar a la memoria quinientos calendarios.
Las lenguas dirán olvido.
Dirán eso es pasado.
Negarán el crimen y el odio.
Hablarán de paz y de patria.
Podrán dictar sus leyes, construir sus ciegos monumentos,
hablar de democracia, hacer dinero.
Pero nada borrará la sangre de nuestros muertos.
Ella estará ahí. Señalando quiénes somos.

Norma Ramírez de Arpas nos informa:

Fuente: Arpas