“No vamos a permitir la explotación (minera), así tengamos que entregar la vida”
Con esta frase el dirigente de la comunidad Nankints, de la nacionalidad Shuar, Agustín Guachapá exigió al Estado el retiro inmediato de la empresa minera china EXSA y de las fuerzas armadas del territorio amazónico.
En la comunidad Nankints, en agosto de 2016, se instaló la empresa minera para iniciar las actividades mineras. El 11 de agosto, familias indígenas entre niños y adultos fueron desalojadas por la fuerza estatal, por lo que el 21 de noviembre, los comuneros ocuparon el campamento para recuperar su territorio ancestral. A partir de ese día, la zona está militarizada.
En este contexto, los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador instalaron una asamblea de emergencia, en la cual resolvieron que el 10 de diciembre se realice una movilización nacional para defender los territorios con conflictos mineros, así manifestó el presidente de la Ecuarunari, Carlos Pérez Guartambel.
De parte del Estado ecuatoriano, el Ministro de Seguridad, Cesar Navas expresó que están abiertos al diálogo para solucionar el conflicto minero.
Desde el 2000, los gobiernos sudamericanos han colocado a los extractivismos en el centro de sus estrategias de desarrollo. Desde los gobiernos progresistas se invoca mayor presencia del Estado en el uso de los recursos naturales, algunos buscaron captar más excedente, tal como ocurrió con Bolivia, Ecuador y Venezuela, y los legitiman como necesario para “combatir” a la pobreza, así sostiene el académico y ecólogo paraguayo Eduardo Gudynas.
Por: Daysi Masapanta de la Coordinadora de Medios Comunitarios, Populares y Educativos de Ecuador – CORAPE
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