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2020-11-02

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Debate sobre las desigualdades, interseccionalidad y el derecho humano a la educación. En esta entrevista contamos con la Coalición Boliviana por el Derecho a la Educación en la voz de David Aruquipa y por la Red de Educación Popular entre Mujeres – REPEM en la voz de Mónica Novillo.

En el contexto actual de pandemia ¿Cómo se evidencian las desigualdades en América Latina y el Caribe?

Mónica Novillo: América Latina es la región más desigual del mundo. En nuestra región están los más ricos y los más pobres y esto genera las brechas de desigualdad que estamos viviendo. En ese marco, hay algunos tipos de desigualdad que tenemos que ir señalando. Una son las desigualdades de género, que tienen que ver con esa forma de organizar las relaciones entre hombres y mujeres, en la que también están mediando relaciones de poder desiguales.

Eso genera brechas en la educación, en el empleo, violencia contra las mujeres que marcan el contexto de nuestra región. Somos la segunda región del mundo con tasas más altas de embarazo adolescente e infantil; somos una región que tiene altas tasas de feminicidio, altos índices de mortalidad materna.

Todas estas situaciones muestran que hay una clara desigualdad que debemos abordar. Sobre todo el tema de violencia que está vinculado a otros ámbitos de la vida. La desigualdad, la pobreza tienen rostro claro de mujer, pero también hay diferencias entre las mujeres. Hay una alta población de mujeres afrodescendientes y mujeres indígenas en América Latina, en cuyos cuerpos se nota y se acentúan mucho más estas desigualdades.

David Aruquipa: Las desigualdades han ingresado al sector educativo y mucho más cuando el 2 de Agosto de este año, los transitorios de Bolivia determinan clausurar la gestión escolar, llevando esto a una violación de los derechos humanos de más de tres millones de estudiantes.

La situación, obviamente, ha profundizado la preocupación porque vulnera el derecho a la educación de la población, atenta contra el desarrollo integral, la protección social y las oportunidades de vida a corto y mediano plazo. Estas consecuencias son justamente más preocupantes en la medida en que favorecen la deserción escolar, la ruptura en la continuidad de los estudios, la exclusión social y la discriminación, especialmente de los más vulnerables de la sociedad. Entre ellos, como mencionábamos, mujeres, niñas, niños, adolescentes, pueblos indígenas y personas con discapacidad, pues esa medida amplía la desigualdad social y económica.

Ya habíamos visto, desde el inicio de la pandemia, que justamente ha profundizado, ha desnudado las fragilidades de los Estados, especialmente en temas de salud y educación. Esta pandemia amplía las desigualdades sociales y económicas, profundiza las brechas entre el área rural y el área urbana y el tema del acceso a la tecnología y a la conectividad. Esto ha generado en Bolivia también la profundización de la desigualdad entre la educación pública y la privada, lo que propicia el riesgo acelerado de la privatización de la educación en mi país.

¿Qué exclusiones por razones de género se han acentuado con la pandemia?

Mónica: Varias situaciones se han notado mucho más. Primero en el corto plazo pero que probablemente se extiendan a mediano y largo plazo. Señalemos algunos elementos. No es que la pandemia haya provocado estas problemáticas, eran situaciones de desigualdad que se ya se veían en nuestro continente, pero que a la luz de la pandemia y a partir de las medidas priorizadas por todos los gobiernos, la cuarentena y el confinamiento, se han generado a corto plazo efectos negativos, pero también a mediano y a largo plazo se prevee que vayan a acentuarse más.

Uno de ellos es la violencia contra las mujeres, la mayor parte de los países de la región han reportado el incremento de situaciones de violencia, porque en esta situación excepcional las mujeres han pasado siete días y veinticuatro horas a la semana con el entorno familiar y en aquellas familias donde ya existían relaciones de poder o violentas, ésto se ha exacerbado mucho más.

Pero también hemos visto el aumento de situaciones de violencia sexual contra mujeres adolescentes y niñas. Esto nuevamente ratifica la idea de que las mujeres vivimos menos seguridad al interior de nuestros hogares. Esta ha sido una de las situaciones que han sido exacerbadas en el contexto de pandemia.

El otro elemento es el aspecto de las tareas de cuidado. En el ámbito del cuidado debemos señalar que por estas mismas características, estando todos en casa y en algunos hogares en situación de hacinamiento, ha habido un incremento de la demanda de cuidado, que recae básicamente como responsabilidad de las mujeres debido a una asignación tradicional de roles. Algunas mujeres han estado trabajando desde la casa a través de teletrabajo, pero también atendiendo todas esas necesidades de cuidado de la familia en general, de los niños, los adolescentes que requieren también una atención especial, las personas de tercera edad, las personas con discapacidad y personas enfermas.

Un tercer elemento tiene que ver con las condiciones de pobreza. Un sector muy golpeado de la economía, sobre todo en la cuarentena rígida, ha sido el sector informal, que en un 70% emplea a las mujeres. Como sabemos, se anuncia que posteriormente habrá una lenta recuperación y más bien un retroceso, una recesión económica y una fuerte crisis que nuevamente va a tomar como víctimas a este sector. Adicionalmente están los sectores vinculados a la gastronomía, a la hotelería y los servicios, donde también están las mujeres en condiciones precarias y esas situaciones se han precarizado más. Muchas mujeres han sido despedidas, justamente en el período de cuarentena se ha incrementado el desempleo femenino y esto es algo que tenemos que mirar. Es probable que las mujeres sean nuevamente enviadas al hogar, a realizar tareas de cuidado y esto tenemos que preverlo desde la política, porque la idea es, más bien, generar condiciones para que ellas sigan trabajando.

Otro elemento es el de la educación. Se han suspendido parcialmente las actividades educativas y esto va a tener un efecto a futuro. Es probable que por las anteriores características que he mencionado, las niñas, las adolescentes se vean en la obligación de realizar tareas de cuidado para que sus madres salgan a trabajar y nuevamente veamos un rezago y el incremento de la brecha de acceso de niñas, adolescentes y jóvenes a la educación formal. Hay que preverlo para que esto no ocurra y tomar medidas para prevenir estos impactos negativos. Y está además, la brecha digital. Cualquier rezago en la educación tiene fuerte impacto en las posibilidades de desarrollo de diferentes sectores y particularmente en éste.

El quinto elemento que quiero resaltar tiene que ver con los derechos sexuales y los derechos reproductivos. Se han suspendido temporalmente la mayor parte de los servicios, a veces por temor al contagio, para mujeres gestantes y mujeres con necesidad de contar con información para prevenir embarazos no deseados. Se habla de una cantidad impresionante de siete millones de embarazos no planificados, que son resultado de la cuarentena por no haber accedido a métodos de anticoncepción oportunos, también producto de violación sexual, situaciones que se han incrementado dentro del hogar, y han sido cometidas por personas que son parte de la familia o del entorno. Todos estos elementos están golpeando de manera diferenciada a las mujeres.

¿Cómo las desigualdades afectan el Derecho a la Educación?

David: Uno de los aspectos importantes, que ya hemos planteando son estas brechas de desigualdad entre el área urbana y el área rural, las desigualdades sociales y económicas que se han ido generando. Siguiendo la línea que enuncia Mónica, las consecuencias son preocupantes. El rezago educativo es uno de los temas que se va a ir profundizando, la deserción escolar de aquellos estudiantes que, por esta situación de pobreza conectada con este tema, ya no retornarán a clase. Los sistemas de información que tendrían que generarse respecto al registro único de estudiantes, van a tener que atender estas situaciones y las consecuencias de rezago educativo, de deserción escolar y ruptura en la continuidad de los estudios porque, si todo este año no se ha cumplido con una agenda, con un currículo educativo, en el año entrante entran en desventaja con el siguiente curso.

En el país, la clausura del año escolar ha venido con una aprobación del año lectivo. Pero tampoco hubo elemento alguno que coadyuve a realizar esta currícula. Pese a que en los primeros meses de la pandemia el magisterio, los estudiantes, los consejos educativos, estaban con todas las propuestas, metodologías, las radios comunitarias, para atender esta situación y que esta ruptura de la continuidad de los estudios no genere una situación de desventaja en el año que viene.

Creo que hay que incluir un elemento más, que ha sido justamente la preocupación y la vulneración que ha tenido la sociedad civil en todo este tiempo. No solamente en nuestro país sino en América Latina, quien se resistía a las políticas de violación al derecho a la educación, ya era visto como una sociedad civil radical, partidista, que estaba en contra de las medidas de los gobiernos. La persecución que hubo a estos sectores, a los sectores educativos especialmente, ha sido de mucha preocupación. Hemos ido rechazando la censura de este gobierno transitorio hacia los sectores educativos, en legítima discrepancia con el manejo actual de la educación, para que no hubiésemos llegado a este nivel de clausurar el año lectivo. Los sectores educativos se han movilizado exigiendo lineamientos claros, un plan de contingencia que responda ante esta situación y obviamente los temas que Mónica ha ido mencionando. Porque esta agenda no venía solamente por el tema educativo, sino también a favor de todo este sentir o estar bien a nivel físico, corporal, seguridad y todo aquello que conllevan los derechos sexuales. Es más, este año se había planteado que se iba a aprobar la Ley de contingencia que lucha contra la violencia escolar en los sistemas educativos, pero ni siquiera se ha logrado activar estos planes de trabajo en tiempos de pandemia.

Los datos arrojan cifras alarmantes en nuestro país y creo que también en América Latina, con la diferencia que acá se clausura el año lectivo. La crisis del sistema educativo con la generación de esas brechas de desigualdad, hace que tanto el magisterio, las organizaciones estudiantiles, madres y padres de familia y las organizaciones sociales, indígenas, tengamos que justamente plantear un pacto por el Derecho a la Educación que pueda sostener una agenda en el siguiente año, eliminando ya alguno de los elementos que pueden ser adversos en la siguiente gestión.

Pensando en América Latina y el Caribe, en nuestra Abya Yala ¿Qué implica la interseccionalidad en cuanto al Derecho Humano a la Educación?

Mónica: La invitación que nos hace la interseccionalidad para mirar las diferentes problemáticas, es ver cómo, en un mismo sujeto, diferentes identidades tienen un impacto distinto en cómo se recibe cada medida o acción.

Podemos pensar en un caso particularmente emblemático, el de las mujeres migrantes del área rural a los centros urbanos. En estas personas que llegan a este espacio se van intersectando diferentes sistemas de opresión. Uno, que son mujeres; dos, que tienen origen étnico de alguna nación o pueblo indígena; tres, que son pobres. Entonces, en estos cuerpos se van expresando estas formas diversas de exclusión y marginación de todas las políticas.

Si los Estados no tienen la capacidad de ver que estas personas requieren acciones puntuales, concretas y específicas que atiendan esta multiplicidad de diferencias y exclusiones que viven, entonces estaremos negándoles ciertos derechos. ¿Por qué entonces mirarlo desde una perspectiva interseccional? Porque es urgente reconocer que estas múltiples expresiones de discriminación, exclusión, marginación, se están produciendo en nuestras sociedades. Y que está relacionado con la posibilidad de transformar cuestiones estructurales de discriminación que tienen que ver con la dominación capitalista, con el sistema de dominación colonial y con el patriarcado.

Seguramente hay otro tipo de identidades, por ejemplo, las diversidades sexuales. Si esta persona es una mujer trans o lesbiana, entonces veremos cómo las condiciones y las posibilidades de ser discriminada o excluida aumentan mucho más.

David: La interseccionalidad debemos verla como una herramienta para la justicia de género, justicia económica y justicia educativa. Nos va a permitir ver como herramienta de análisis interseccional estas múltiples discriminaciones o sistemas de opresión que cruzan sobre nuestros cuerpos y nuestras comunidades. Es fundamental que podamos plantear estos mecanismos para poder ver la creciente pobreza, la desigualdad, la violación de los derechos humanos.

Las distintas organizaciones, las distintas corporalidades han tenido diversas formas de enfrentarse a ello. Los cuerpos indígenas, los LGBTI en América Latina, han sido golpeados, violentados. Recientemente, en un análisis con el movimiento LGBTI de América Latina se ha planteado cómo, en estos tiempos, se ha intensificado la violación y los crímenes de odio, en especial a las mujeres transexuales jóvenes en distintas partes de nuestra región. En nuestro país, hace dos días atrás, una compañera de diecinueve años ha sido asesinada.

Estos temas de interseccionalidad tienen que verse como estas herramientas que permiten generar propuestas de justicia social, para reducir estas brechas y entender cómo los múltiples sistemas de exclusión y opresión cruzan por nuestros cuerpos. Eso nos lleva a tener ópticas mucho más integrales, como una herramienta analítica que nos permita entender y responder de distintas maneras como se van cruzando estos sistemas de opresión y de privilegios.

Palabras para la despedida…palabras que nos hagan despedirnos con esperanza

Mónica: Dos elementos centrales, uno es la educación y otro la igualdad de género, que, cuando las miramos nos ofrecen la posibilidad de ir resolviendo algunas de las desigualdades pero también acelerar los procesos de desarrollo. Tanto la educación como la igualdad de género serían elementos y factores habilitantes para promover el desarrollo de nuestras naciones, de nuestras comunidades. Tenemos que tenerlos en cuenta para avanzar para construir sociedades más justas, más igualitarias.

David: Este tiempo de pandemia, de Covid-19, lo hemos ido viviendo de distintas maneras en los distintos territorios. No podemos disociar el tema de territorio y cuerpo en esto que hemos estado atravesando. Por ello, tengo este llamado a América Latina que, así como se han develado estas desigualdades, también se han mostrado estos aspectos de esperanza, de redes de autoapoyo, de solidaridad, de diálogos interseccionales. Han sido momentos que nos han permitido vernos tan cercanos a la muerte, tan cercanos a esos otros procesos, que realmente nos tienen que permitir abrazarnos, fortalecernos más y mirar a estos nuevos tiempos ya desde una perspectiva mucho más comunitaria, reflexiva, solidaria.

Porque creemos que la Educación es un proceso de emancipación y libertad. Nuestras voces no pueden ser apagadas, tienen que amplificarse en América Latina y esto ha fortalecido estos procesos. Construyamos esta Abya Yala, esta América Latina fortalecida, con nuestros pueblos en diálogo, en comunidad y transformemos esta educación que queremos para todos y todas.

Escucha la entrevista aquí:

Cobertura conjunta PRESSENZA, ALAI y ALER.

Producción: María Cianci Bastidas, ALER.

Transcripción: Javier Tolcachier, Pressenza