Con críticas al capitalismo, cerró Encuentro de Movimientos Populares con el Papa.
El encuentro fue el tercero que se realizó con el auspicio de la Iglesia Católica y finalizó este sábado en el Vaticano con el discurso del Papa Francisco ante los más de 170 representantes de organizaciones sociales de unos 60 países de todo el mundo. Antes los movimientos populares presentaron un resumen de las propuestas que le entregaron al Papa.
“Los descartados del sistema ratificamos que la causa común y estructural de la crisis socioambiental es la tiranía del dinero, es decir el sistema capitalista imperante y una ideología que no respeta la dignidad humana”, señalaron.
Por eso propusieron entre otros puntos “mecanismos institucionales que garanticen el acceso efectivo de los movimientos populares, comunidades originarias y el pueblo a la toma de decisión políticas y económicas”.
Además expresaron su rechazo a “la privatización del agua” y exigieron que “sea declarado bien de dominio público”. También propusieron “prohibir el patentamiento y manipulación genética de todas las formas de vida, en particular de las semillas”, “implementar un salario social universal para todos los trabajadores, ya sean del sector público, privado o popular” y “declarar la inviolabilidad de la vivienda familiar”, entre otros puntos.
También recordaron e hicieron especial mención a la lidereza indígena hondureña Berta Cáceres, “portavoz de nuestro primer encuentro, asesinada por promover procesos de cambio”.
El Papa Francisco recordó, en su discurso de más de 45 minutos, los acuerdos del encuentro del año pasado en Bolivia y dijo que los “movimientos populares son sembradores de cambio”. Reiteró que se debe “poner la economía al servicio de los pueblos” y aclaró que “las soluciones reales no se alcanzan sólo” con estos encuentros.
El Sumo Pontífice dijo que la “inequidad es la raíz de los males sociales” y recalcó que “el futuro depende de los pueblos y de su capacidad de organizarse”. También dedicó gran parte de su discurso ante los movimientos populares a alertar sobre las responsabilidades en el drama de los refugiados y migrantes que sufren a diario la vulneración de sus derechos. En ese sentido expresó que “nadie debería verse obligado a huir de su patria”. Francisco pidió a los movimientos populares que “no tengan miedo de meterse en las grandes discusiones, en política con mayúsculas”.