El sábado 24 de mayo de 2025, Daniel Noboa Azín asumió oficialmente la Presidencia de Ecuador para el periodo 2025–2029. Lo hizo en una ceremonia en la Asamblea Nacional, ante representantes de más de 70 países. Este nuevo mandato llega tras su primer periodo breve iniciado en noviembre de 2023, cuando ganó las elecciones anticipadas convocadas luego de la disolución de la Asamblea por la “muerte cruzada”.
Con el respaldo de una Asamblea Nacional mayoritariamente alineada a su proyecto político, Noboa comienza este periodo en una posición de poder favorable. Sin embargo, la sociedad ecuatoriana sigue dividida.
La mitad de los ecuatorianos confió en Noboa. La otra mitad no, y observa con cautela.
Para comprender el escenario actual, Elba Luzardo de CORAPE – Ecuador, dialogó con el catedrático y analista político Santiago Cabrera.
Cabrera sostiene que el presidente ecuatoriano ya no tiene argumentos para alegar bloqueo político: cuenta con mayoría legislativa y apoyo en otras funciones del Estado. “Tiene la cancha libre”, afirmó, refiriéndose a que no hay obstáculos institucionales que justifiquen la inacción.
Cabrera advirtió que este contexto favorable solo será una ventaja si el presidente tiene un rumbo claro. “La cancha libre sirve si uno sabe hacia dónde va. Pero no hay señales sólidas de un plan de gobierno”.
Durante su discurso de posesión, Noboa habló de unidad, empleo y seguridad, pero según Cabrera, lo hizo con un tono más cercano al de campaña que al de estadista. “Veinte minutos no son un plan de gobierno. No habló en profundidad sobre salud, educación, energía ni otros problemas estructurales del país”.
Recordó además que, durante su primer mandato, Noboa contó con un entorno institucional que le fue funcional, desde el Consejo Nacional Electoral hasta ciertos sectores del sistema judicial. “Fue un proceso con cancha inclinada. Ahora tiene todo el poder, pero debe demostrar que sabe usarlo”.
El reto está planteado: gobernar sin excusas, en un país polarizado, con demandas sociales urgentes y una ciudadanía que observa, con esperanza o con desconfianza, los pasos que dará el presidente ecuatoriano.
Producción: Elba Luzardo CORAPE – Ecuador/ALER.
