La ex presidenta y actual presidenta electa prestó este lunes su declaración en el juicio en el que está acusada de encabezar una asociación ilícita para direccionar obras públicas en la provincia de Santa Cruz a favor del empresario Lázaro Báez. Ella criticó duramente a los jueces del tribunal por impedir que su declaración se transmitiera en vivo como se hizo con la acusación en su contra. Durante más de 3 horas rechazó uno por uno los cargos, denunció falta de pruebas, persecución ideológica y además la existencia de una mesa judicial integrada por funcionarios del gobierno para armar causas, definir detenciones arbitrarias y aprietes a jueces para avanzar en causas en su contra aún sin elementos jurídicos. El método se conoce en el mundo como lawfare o guerra judicial y participan siempre los mismos actores: la derecha, sus medios, sus jueces y sus fiscales. Las víctimas: los funcionarios de gobiernos progresistas. La mecánica es la misma, sólo cambia el país. Ayer una ex presidenta lo demostró en un estrado judicial.
