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El pasado 3, 4, y 5 de agosto se celebró la edición 19 de la Feria Nacional de Productores y Consumidores “por una vida digna y sustentable”, que cada año se realiza en la Alameda Central del pueblo de Dolores, Hidalgo; en Guanajuato.

En esta feria se promueven diversos valores que se centran en el respeto a la madre tierra y en prácticas productivas que contemplen aspectos como la alimentación sustentable, la comercialización responsable y la explotación racional de los recursos naturales.

La importancia de esta feria radica en su carácter nacional donde más de 400 organizaciones e instituciones se dan cita para compartir e intercambiar diversos productos manufacturados manualmente y con un alto grado de calidad.

Rosario Anaya, responsable del área de economía solidaria de la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas de la Universidad de Guadalajara nos compartió su experiencia dentro de la coordinación de la Feria Nacional de productores y consumidores.

Precisó que cerca de 19 estados de México participan regularmente en la feria, que involucran cerca de 400 organizaciones, instituciones, cooperativas y grupos familiares.

También tuvimos la oportunidad de hacer un enlace telefónico con la Coordinadora de la Red Mexicana de Comercio Comunitario REMECC: Beatriz Ortiz, que nos compartió lo que ha representado para ella trabajar en la Feria Nacional a lo largo de 19 años.

Señaló que con esta feria “más que buscar un espacio de venta lo que han buscado es crear organización, piensa que “fortaleciendo los mercados locales, es como podemos ir fortaleciendo los mercados regionales y conformando un mercado nacional. Lo que nosotros buscamos con esto es que cada uno de los estados de las organizaciones que participan en la feria, tengan una práctica de comercio comunitario en sus localidades”.

Destacó que si logran promover estos mercados alternativos en cada comunidad, municipio, localidad, también podrán formar consumidores con prácticas de una economía más humana.

Esta feria es posible gracias al trabajo de cientos de personas que le han aportado su tiempo y dedicación a la realización de este evento que año a año, se ha consolidado como el espacio de comercialización responsable más grande de Latinoamérica, donde la producción orgánica es una práctica cotidiana y no solo una moda pasajera.

Arturo Espinoza de Boca de Polen nos informa:

Fotos: Boca de Polen