En diálogo con Griselda Sánchez, periodista independiente, radialista y productora sonora, autora el libro “Aire, no te vendas: La lucha por el territorio desde las ondas”, desde la Coordinación General de ALER comentamos sus principales líneas temáticas, que presentan el papel de las radios comunitarias mexicanas en las luchas de defensa de la tierra ante la injerencia de empresas transnacionales en la renta de las tierras – por períodos muy extensos y precios muy bajos – para construir parques eólicos.
La organización de las comunidades para defender sus territorios, apoyada por las radios comunitarias – en particular, radio Totopo en Oaxaca– es determinante para resistir ante esta venta y comercialización del aire. La concepción del territorio en las comunidades de Oaxaca, dedicadas a la agricultura y pesca, es la de una relación con “un conjunto de elementos que tienen que ven con tu historia, tu identidad, tu cultura, tu idioma, tu cosmovisión, tu espiritualidad, tu filosofía”; por ello, dichas comunidades dicen: “defendiendo el territorio estamos defendiendo nuestra vida”.
En este sentido, el aire es parte del territorio: allí está presente el espectro radioeléctrico y por allí viajan las ondas sonoras; “siendo parte de nuestro territorio, nosotros lo vamos a utilizar y lo vamos a defender” ante las legislaciones mexicanas que impiden el funcionamiento de muchas radios comunitarias, legitimadas por sus comunidades.
Entre los argumentos para la defensa del territorio, especialmente en América Latina y El Caribe, Sánchez señala la acentuación del modelo extractivista que saquea los elementos de vida (agua, bosques, semillas, etc.) de las comunidades en el continente. Así como dicho modelo actúa de modos similares en diferentes partes del continente, las formas de resistencia en las comunidades encuentran maneras conjuntas que han ido construyendo redes de resistencias y movilizaciones por toda América Latina y El Caribe, en las cuales la comunicación, y sus agentes, tienen un papel decisivo para su organización y realización. De esta manera se constituye como comunicación para la defensa de la vida.
Sobre el papel de la radio en el ejercicio del derecho a la comunicación, Griselda señala que las radios comunitarias amplifican “la voz de la gente, que ha estado por mucho tiempo silenciada”. Las comunidades ahora realizan sus demandas “en voz alta” sobre su negativa a concesionar sus territorios, y lo realizan a través de dichas radios.
Ante las pretensiones hegemónicas del desarrollo como único camino y modo de vivir, Sánchez recuerda algunas alternativas – planteadas desde los pueblos originarios – que promueven la autonomía, la autogestión, y la recuperación de las semillas, los oficios, etc. En el contexto mexicano, las circunstancias actuales de dicha autonomía se traducen en la organización y participación local para hacer parte de los procesos electorales del 2018, siguiendo el llamado del Consejo Nacional Indígena.
Escuchemos este diálogo, facilitado por Rocío Huamancondor Paz: