La Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) 2017 se está llevando a cabo del 23 al 29 de abril, con énfasis en el rol de la participación ciudadana para la realización del Objetivo de Educación de la Agenda de Desarrollo Sostenible con la consigna «¡Pedimos la palabra por la educación! – Es hora de garantizar este derecho». La Red de Educación de Personas Jóvenes y Adultas (Red EPJA) de México se suma a esta movilización internacional y nos comparte el comunicado a continuación.
Garantizar el derecho a la educación, lo que implica que se incrementen los recursos destinados a la educación al 8% del PIB que estipula la Ley General de Educación en su artículo 25, así como aumentar progresivamente los recursos destinados a la educación con personas y adultas. A pesar de los servicios actuales, en el país existen aún 31.9 millones de personas mayores de 15 años, que no han completado su educación básica que constituyen el 39.8% de la población adulta; de éstos, 5.4 % no saben leer ni escribir, 10.1% no han concluido la primaria y el 16.4% la secundaria*.
Para garantizar una educación pública, gratuita, de calidad e inclusiva hacemos hincapié en que el gobierno asuma su responsabilidad:
Por lo cual se requiere aumentar el presupuesto que se asigna a los diferentes servicios que ofrecen de educación de personas jóvenes y adultas y que van más allá del INEA; ello implica acompañar el incremento presupuestal con un enriquecimiento paulatino de políticas, estrategias y modelos pertinentes, con la participación de los diferentes actores involucrados.
En el marco de la práctica de implementación y monitoreo del Objetivo de Educación de la Agenda de Desarrollo Sostenible, enfatizamos que:
La educación a las personas jóvenes y adultas resulta la inversión social más rentable porque implica el logro de una ciudadanía mejor formada y activa; una democracia más plural y vigorosa, una sociedad más incluyente y mejor preparada para la prevención de la violencia y de las adicciones; sujetos con más posibilidades de empleo e incremento de su productividad; además, facilita su acceso a nuevas tecnologías y favorece familias más interesadas por la educación de sus hijos y más capaces de apoyarlos. En síntesis, la educación destinada a las personas jóvenes y adultas coadyuva al desarrollo social, cultural y económico de las personas, de los grupos y del país en su conjunto.
*Secretaría de Educación Pública. (2014). Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018. Programa de alfabetización y Abatimiento del Rezago Educativo 2014-2018. México: Autor.