Este miércoles, 15 de marzo, diversos movimientos sociales y centrales sindicales reunidos en los frentes Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo, realizaron una de las mayores movilizaciones a nivel nacional en Brasil, luego del impeachment que sacó a la presidenta Dilma Rousseff del poder.
Con grandes manifestaciones en las principales capitales del país, como São Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte, los movimientos sociales contabilizaron la participación de más de 1 millón de manifestantes en las calles.
Las protestas manifestaron el rechazo a la Propuesta de Enmienda Constitucional 287, que pretende modificar las reglas del sistema de seguridad social, afectando de manera significativa especialmente a las jubilaciones, para lo cual se aumentaría la edad mínima a 65 años, sin diferenciar entre hombres y mujeres, además de aumentar de 15 a 25 años el tiempo mínimo de aportes jubilatorios.
Las nuevas reglas afectarían fuertemente a sectores históricamente precarizados como el de empleadas domésticas y trabajadores y trabajadoras rurales. Los y las campesinas sólo podrían acceder a la jubilación si logran aportar mensualmente al Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) durante 25 años. Pero para cobrar el valor integral de la jubilación, tendrán que contribuir durante 49 años.
El presidente de la Federación de los Trabajadores de la Agricultura del Estado de Pernambuco (FETAPE), Doriel de Barros, considera que esto es imposible. “El trabajador urbano tiene salario, pero el ingreso del trabajador rural depende de la producción; la región noreste enfrenta una sequía desde hace seis años, como vamos hacer para aportar cada mes?”, se pregunta el dirigente.
Según el economista Eduardo Fagnani, del Instituto de Economía de la Universidad de Campinas, el gobierno echa mano de varios mitos. Uno de ellos es que la seguridad social es el principal factor del gasto público. Según Fagnani, el valor del pago de intereses de la deuda pública es superior, cuando además “el pago de intereses beneficia a unos pocos rentistas y la seguridad social beneficia directa e indirectamente a millones de personas”.
Otro de los mitos, según el economista, es el “terrorismo demográfico”, que pretende justificar los retrocesos por el aumento de la expectativa de vida en el país. Un tercer mito es el argumento utilizado por el gobierno no electo de Michel Temer, de que el sistema de seguridad social es deficitario, algo que ha sido fuertemente cuestionado por expertos.
Estos son sólo algunos de los problemas criticados que tiene la reforma, según los movimientos sociales. Desde la capital, Brasilia, en una manifestación que contó con la participación de unas 10 mil personas, la diputada federal Jandira Feghali justamente argumentó que el sistema de seguridad social tiene en realidad superávit: “quien hace uso de mentiras, es este gobierno. El déficit no existe. Existen 56 billones de reales de superávit desde 2008. En realidad lo que quieren es entregarle la seguridad social a los bancos”
También en Brasilia, temprano en la mañana, una de las acciones fue la ocupación del edificio del Ministerio de Hacienda, llevada a cabo por 2 mil trabajadores rurales y urbanos.
Otra de las acciones importantes fue el paro nacional de los trabajadores de la educación, que comenzó este día 15 y tendrá una duración de unos diez días. Brasil de Fato conversó con la Secretaria General de la Confederación de Trabajadores de la Educación, quién comentó los objetivos del trabajo en este período de paro de la educación: “involucrarse en las actividades en las comunidades, conversar en las iglesias, en las misas de domingo, denunciar que esto que el gobierno está proponiendo es en realidad una gran venganza en contra de los pobres y de las mujeres de Brasil, entregando al mercado financiero nuestras jubilaciones y la de las generaciones futuras”.
En el acto realizado en São Paulo, uno de los oradores fue el ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, quien afirmó en su discurso que “en lugar de hacer una reforma para quitar derechos, es necesario hacer que la economía crezca y que se generen empleos”.
“El problema no es de dinero, un día en este país resolvimos el problema de la seguridad social, entre la política de generación de trabajo y de ingresos, y de formalización de las empresas. Solamente entre 2008 y 2014, hubo un aumento de 54,6% en el presupuesto de la seguridad social”, recordó Lula.
Del lado de los movimientos sociales, la propuesta oficialista ha sido llamada de “contrarreforma”, bajo el argumento de que anula conquistas históricas de la clase trabajadora. Según afirmó Carmen Foro, la vice-presidenta nacional de la Central Única dos Trabajadores (CUT), la propuesta va a volver inviable el acceso a la jubilación en algunos sectores. Foro explicó que “la propuesta afecta funcionarios públicos y privados, trabajadores urbanos y rurales, arrasa con los derechos conquistados por las mujeres. Es una tragedia para el conjunto de la clase trabajadora, por esto, este día nacional de movilización es muy importante para nosotros. Tenemos como objetivo derrotar esta iniciativa en las calles, y vamos a derrotar esta contrarreforma en las calles”
Desde Lisboa, la ex-presidenta Dilma Rousseff se solidarizó con los millones que salieron a las calles contra la reforma de la seguridad social, durante una conferencia sobre neoliberalismo y democracia. Dilma alertó a los presentes que las mujeres serán las más perjudicadas por los cambios propuestos por Michel Temer.
El balance del paro fue bueno para los movimientos en general. João Paulo Rodrigues, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), considera que el desafío a partir de este paro, es mantener el clima de lucha en el país para presionar a la clase política. “Me parece que es una situación grave porque, como es un gobierno de golpe, no tiene compromiso con las urnas (probablemente Temer no va a ser candidato a presidente en las próximas elecciones), entonces es grave porque el gobierno puede hacer la reforma aunque no tenga apoyo popular, como no lo tiene. Por eso necesitamos crear un clima de lucha en Brasil. Esta movilización mostró que tenemos unidad en el campo popular y que existe un reclamo colectivo de los trabajadores”, opinó el dirigente del MST.