Era una tarde fresca y llena de expectativa en la cabina del Instituto Radiofónico Fe y Alegría Willy Perrori y Lely Ramírez, con sus guiones en manos, ajustaban sus micrófonos, audífonos y preparaban todo para iniciar la transmisión. El sonido de la cortina musical irrumpía para acompañar el programa: El Maestro en Casa mientras el operador, con voz clara anunciaba: ¡Uno, dos, tres… al aire!
Así comenzaban aquel 24 de octubre del año 1975 las clases por radio en el Instituto Radiofónico Fe y Alegría, primero en Maracaibo y luego en Caracas inspiradas en las experiencias de las Escuelas Radiofónicas de Bolivia (ERBOL), Radio Sutatenza, emisora educativa de Colombia, y Radio ECCA en las Islas Canarias. El padre José María Vélaz, S.J., fue la inspiración inicial, acompañado por el padre Javier Castiella, S.J., y el padre Baquedano, S.J. También destacan figuras como Gerardo Monreal, Jesuita en ese entonces; Chepe Martínez Terrero, S.J.; así como las valiosas contribuciones de hermana Viviana, Epifanio Labrador, S.J., y el padre Rogelio Pedraz, S.J., proveniente de la Provincia de Centroamérica, quienes jugaron roles claves en la fundación de esta iniciativa.
Huellas que huelen a futuro
Este año 2025, Radio Fe y Alegría cumplió cinco décadas de presencia en la vida de Venezuela, consolidándose como una herramienta fundamental para la educación, la construcción de ciudadanía, la transformación social y sobre todo sirviendo de compañía en los corazones de las familias de los sectores populares. Desde sus inicios ha sido testigo y protagonista de los cambios educativos, políticos, sociales y culturales del país.
El programa emblemático «El Maestro en Casa», lanzado en 1975, fue pionero en utilizar la radio como medio de alfabetización y educación para personas adultas, especialmente en zonas rurales y urbanas marginadas. A lo largo de los años, la estrategia se renovó, incorporando metodologías participativas y elementos pedagógicos de Fe y Alegría, con un enfoque en la transformación personal y social, inspirado en las ideas de la educación popular por Paulo Freire. En 1984 se hizo un cambio en la implementación con la cartilla llamada “Abrebrecha”.
Entre 1981 y 2004, la radio de Fe y Alegría irrumpió con fuerza, adoptando una propuesta innovadora de formación en ciudadanía basada en una estrategia de información crítica y radio participativa.
Esta etapa fue crucial para consolidar la comunicación radiofónica popular del movimiento. Recordamos con especial valor a los impulsores y animadores que contribuyeron significativamente a esta experiencia en esos años figuras impulsoras: Rafael Angulo, Anibal Carrasquero, Carlos Correa, Andrés Cañizález, S.J. Martínez Terrero, S.J., Rogelio Suárez, Gerardo Lombardi, Alexander Medina, Carlos Kirsch y Libia, Dulce García, Raíza Cepeda, Iris Mirabal, Ana María, García, María Cianci, Rafael González, Wilfredo Luzardo, Dubraska Bento, Nancy Haideé, Celso Atención, Humberto Carruyo, Mónica Marquesi y Alexander Hernández entre otros.


La radio educativa se fortaleció con programas de formación en ciudadanía, organización comunitaria y participación social. Los términos de la programación educativa no formal por la radio se destacaron coberturas periodísticas de eventos históricos como el Caracazo, la visita del Papa Juan Pablo II, la rebelión militar de 1992, el alzamiento militar de noviembre de ese mismo año, las protestas campesinas en Guasdualito en 1995, el conflicto electoral en Zulia en 1995, la tragedia de Vargas en 1999, la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela en 1999, el golpe de Estado en 2002, el accidente del avión de Conviaza en Puerto Ordaz en 2010, y la caída del avión de West Caribbean en Machiques en 2005, así como otras coyunturas que marcaron la historia del país. La radio se convirtió en un medio de acompañamiento, de denuncia, de información oportuna y de acercamiento a las comunidades, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva venezolana. También destaca de intermediación con las autoridades y las comunidades través del programa Alta Voces que se recibían llamadas en vivo para la atención de denuncias de todo el país las cuales recibían respuesta de parte de las instituciones
El trabajo informativo y de producción creativa también se ha inspirado gracias a las capacitaciones, transmisiones satelitales, coberturas conjuntas con la articulación continental con la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular (ALER), la Asociación Católica Mundial para la Comunicación (SIGNIS), la Red de Radios Jesuitas de América Latina y el Caribe (RRSJ LAC), la Federación Internacional de Fe y Alegría y otras redes en el continente. Inclusive a nivel mundial con Radio Nederland y otras similares a nivel global.
Un pie en la tierra y otro en el aire… avanzando a paso seguro
En la era digital, Fe y Alegría Educomunicación ha sabido adaptarse, integrando plataformas audiovisuales y redes sociales, a las dinámicas de la producción radiofónica sin perder su esencia de comunicación popular y participación comunitaria. La red de 22 emisoras en 12 estados del país con una audiencia estimada de 2.250.000 de radioescucha y un perfil de hombres y mujeres entre 25 y 60 años, estratos media, popular; economía fortaleciendo la cultura ciudadana y promoviendo el derecho a la educación como base para el desarrollo humano.
La labor formativa incluye la atención a sectores urbanos, rurales e indígenas, con más de 5.684 personas jóvenes y adultas que cursan estudios para optar al título de Técnico Medio profesional en diversas áreas; apoyados por cerca de 380 voluntarios y voluntarias.
La subdirectora Nacional de Educomunicación, Wirmelis Villalobos, expresó: “Estos 50 años representan crecimiento, oportunidad y aprendizaje. Nuestro compromiso es seguir acompañando y narrando las historias de Venezuela desde cada espacio que tenemos”.
Por su parte, la Coordinadora Nacional de Contenidos, Carlota Rojas, resaltó la importancia de mantener la identidad local y la diversidad cultural en un contexto de desafíos tecnológicos y sociales: “Hemos resistido a la estandarización, hemos priorizado las necesidades de nuestras comunidades, y ahora enfrentamos el reto de innovar sin perder nuestra esencia”. Aseguró que se ha permitido desarrollar proyectos especializados: fronterizos, indígenas, urbanos, juveniles y con énfasis en lo educativo, informativo y cultural, en sus palabras «Hemos sido fieles a la red y no hemos caído en la tentación de estandarizar todas las radios tipo circuito, aunque lo intentáramos. Prevalecen las necesidades de las audiencias locales».
De cara al futuro, la institución enfrenta la dicotomía entre la tradición y la innovación: El desafío es «explorar nuevos lenguajes y modos de comunicar, pero sin ser víctimas de los algoritmos y las tendencias mundiales,» reflexionó Rojas, manteniendo siempre el enfoque, lenguajes y símbolos propios. Existe una necesidad urgente de «volver al primer amor, la pasión y el gusto por la comunicación» en medio de la adversidad. Esto implica «volver a narrar la vida, la fiesta y la felicidad de la audiencia,» rescatando tradiciones y nuevas expresiones culturales.
Fe y Alegría celebra medio siglo de trabajo, con la promesa de seguir usando la tecnología para servir al ser humano, acompañar las vivencias y posibilidades de crecimiento de las comunidades venezolanas.
