La educación popular debe ayudar a leer el contexto con los nuevos desafíos y las nuevas fronteras que se manifiestan producto de una crisis estructural que evidencia la desigualdad e inequidad profundizadas con la pandemia.
La cultura humana que hemos reproducido en las últimas décadas nos muestra unos límites de destrucción extractivista de la naturaleza, arriesgando nuestra propia vida como especie. También ese modelo ha generado exclusión en los ámbitos de la vida cotidiana y de vulneraciones a la dignidad humana.
A propósito del Congreso Internacional de la Federación Internacional de Fe y Alegría, la educación popular está llamada a nuevos aprendizajes que consideren la superación de esta crisis, generando nuevas lecturas de contexto y en franco compromiso en satisfacer el acceso a las tecnologías, para que no resulten nuevas barreras de discriminación; sin olvidar procesos críticos ante los contenidos digitales. Mantener presente que en los espacios virtuales la educación debe trascender la educación bancaria, procurando una que sea transformadora del contexto.
Actualmente se cuestiona la repetida explicación del rezago escolar en la pospandemia, en su lugar el análisis y las respuestas en consecuencia deben ser de mirada compleja en favor del derecho humano a la educación.
Diálogo con Fabián Cabaluz, Educador Popular, Docente de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, coordinador del Grupo de Trabajo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) Educación Popular y Pedagogías Críticas, y Gehiomara Cedeño, Coordinadora del Eje de Educación Popular de la Federación Internacional de Fe y Alegría, subdirectora de Fe y Alegría en Ecuador.
Producción: María Cianci Bastidas, Coordinación General ALER