La situación de violencia en Haití está fuera de control. Ciudadanos se organizan por sus propios medios para combatir bandas criminales. El aparato judicial no cumple con las garantías necesarias y las organizaciones internacionales están lejos de alcanzar los objetivos para las que fueron creadas, resguardar y proteger los derechos humanos.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) manifiesta que al menos 600 personas fueron asesinadas en abril de este año, bajo un contexto de violencia extrema cada vez mayor en el que intervienen bandas y vigilantes parapoliciales que se toman la justicia por su cuenta.
En opinión del sacerdote dominico, Aridio Castro, la situación es grave, al borde de una guerra civil. Señala que “la justicia en manos del ciudadano es ajuste de cuentas y venganza”, lo que refleja una consecuencia directa de la ausencia del aparato judicial. “Haití debe representar un gran desafío para toda Latinoamérica, porque en nuestras débiles democracias la situación puede brotar en cualquier momento. Debemos trabajar en la consolidación de una democracia fuerte e independiente”, explica el sacerdote Castro.
Reporta: Julio Pernús, Radio Magis; República Dominicana.
Fotografía: AFP
