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En el marco del Encuentro de Corresponsales de la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular ALER, que aglutinó a periodistas de 17 países del continente, este 25 de Noviembre, Día Internacional contra la violencia hacia las Mujeres, nuestros pueblos latinoamericanos se visten de rabia y de luto.

A nivel mundial, 1 de cada 3 mujeres ha sido atacada física o sexualmente al menos una vez en su vida, y en la mayoría de los casos los atacantes son personas cercanas: parejas, exparejas, padres, tíos, hermanos. Muchos de estos ataques terminan en feminicidio.

Mujeres de nuestra región, de todas las edades, nacionalidades y clases sociales, mujeres del campo y la ciudad, mujeres indígenas y afro descendientes siguen siendo asesinadas todos los días por el simple hecho de ser mujeres.

En la lista de los 25 países con mayores índices de feminicidio del mundo, hay 14 puestos que lamentablemente ocupan países latinoamericanos y las cifras siguen en aumento. Guatemala, El Salvador y Honduras son los países con más feminicidios del mundo, y a esta lista se suman los casos de Argentina y México que también son alarmantes.

Ante este escenario, la impunidad parece ser la norma. Alrededor del 98% de los casos de feminicidio latinoamericanos quedan impunes, lo que significa que el patriarcado atraviesa nuestros gobiernos y nuestros sistemas de justicia, ante la mirada cómplice de los medios masivos de comunicación.

Por eso, este Día Internacional contra la violencia hacia las Mujeres, a pesar de la rabia y el luto que nos invade, también reivindicamos la esperanza y la resistencia.

Exigimos que el tema de la violencia contra las mujeres de la región y el mundo entero deje de ser un espectáculo en los medios de comunicación tradicionales, un caso archivado en los tribunales de justicia o una cifra más en los datos de los gobiernos.

Exigimos que se visibilice que la violencia en contra de las mujeres es parte de la herencia machista y patriarcal que ha colonizado históricamente los cuerpos de las mujeres. Exigimos que las mujeres dejen de ser mercancías dispuestas al servicio del placer, del odio y de la violencia misógina, y que finalmente sean tratadas como personas que tienen derecho a una vida digna.

Exigimos que los gobiernos de nuestros países inviertan en educación que permita que las nuevas generaciones deconstruyan la estructura patriarcal que domina nuestra cultura. Y que se apliquen, como en algunos países, declaratorias de alerta de género que ayuden a la prevención de la violencia contra las mujeres y a su erradicación.

Mujeres, hombres, niñas, niños, jóvenes, personas adultas mayores de toda Latinoamérica sumamos voces para gritar que No queremos Ni una Mujer Menos a causa del Machismo. Queremos Mujeres vivas, con ganas de vivir, felices y unidas en sororidad, defendiendo sus cuerpos y sus territorios, resistiendo frente al patriarcado y el capitalismo neoliberal que también viola y mata a nuestra madre tierra. Queremos Mujeres ejerciendo su derecho humano a la comunicación, hablando de sus preocupaciones, propuestas y realidades con voz propia.

Desde la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular tenemos el compromiso claro de que la igualdad entre hombres y mujeres es vital en la construcción del Buen Vivir. Así mismo, queremos que este 25 de Noviembre deje de ser una fecha de luto y rabia, para convertirse en una fecha emblemática de nuestra libertad.

Quito, 25 noviembre de 2016.