La educación como un derecho humano fundamental. Éste fue considerado el punto crucial de la ‘Declaración Conjunta sobre educación más allá de 2015’, del Comité Gestor de la Educación para Todos.
La Declaración fue elaborada a varias manos durante un proceso de negociación e incidencia que involucró a la comunidad educativa internacional. Propone nuevos compromisos, como la garantía de educación para todas las personas –desde la primera infancia hasta la educación superior– y pide atención redoblada sobre niñas, mujeres y poblaciones marginadas.
2015 es el año en que vencen los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) -iniciativa de las Naciones Unidas que busca la reducción de la pobreza basado en ocho objetivos- por eso, viene siendo analizado lo que puede realizarse en el marco post-2015, para seguir avanzando en temas como educación, salud, infancia, vivienda y trabajo digno.
«La educación es un derecho humano fundamental y una base para la realización humana, la paz, el desarrollo sustentable, el crecimiento económico, trabajo decente, igualdad de género y ciudadanía global responsable. Además, es uno de los principales contribuyentes para la reducción de las desigualdades y de la erradicación de la pobreza, proporcionando condiciones y generando oportunidades para las sociedades justas, inclusivas y sustentables”, se destaca en el documento.
La Declaración tiene como finalidad facilitar las discusiones y negociaciones de los Estados-miembro de las Naciones Unidas sobre la agenda de desarrollo post-2015 global en Nueva York (EUA) y formar el núcleo del Marco de Acción a ser adoptado en la Conferencia Mundial de Educación, que ocurrirá en mayo de 2015, en Corea del Sur.
Su contenido propone que la agenda futura orientada hacia la educación esté basada en derechos y reflexione sobre una perspectiva basada en la equidad y la inclusión, con atención especial a la igualdad de género y a la lucha para la superación de todas las formas de discriminación dentro de la educación, garantizando que nadie sea dejado atrás. También logra destaque el apoyo a la educación básica gratuita, obligatoria y de calidad en todos los niveles, desde la primera infancia hasta la enseñanza superior.
El Estado debe ser el guardián de la educación como un bien público, sin embargo, la Declaración destaca el papel fundamental de la sociedad civil, comunidades, padres, alumnos y otras partes interesadas para la oferta de una educación de calidad.
La comunidad educativa internacional también propone un abordaje que ofrezca múltiples caminos de aprendizaje, utilizando métodos tradicionales e innovadores con ayuda de la tecnología; además de reforzar la educación para la ciudadanía, el desarrollo sustentable, comportamientos que promuevan la paz, la resolución de conflictos, el entendimiento mutuo, la tolerancia, el pensamiento crítico, el respeto a la diversidad cultural y al medio ambiente.
Para que el nivel de evolución y progreso de los países sea medido, los gobiernos deberán definir metas globales a nivel nacional e indicadores específicos, de acuerdo con su contexto social, político, económico y cultural; y reforzar sus mecanismos para recolectar y relatar con precisión y en tiempo hábil los datos. La intención es que esto promueva más responsabilidad en la gobernanza de la educación y que así sea posible conocer el impacto real de las políticas e iniciativas implementadas.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel(arroba)gmail.com
Fuente: ADITAL