En Brasil se evidencia una clara disparidad en la asignación de recursos financieros entre las empresas industriales agropecuarias a gran escala y las del sector agro familiar. La proporción de fondos es considerablemente mayor, la diferencia resulta en un aumento del presupuesto de hasta cinco veces más para las grandes industrias.
De acuerdo al Ministerio de Agricultura y Ganadería, el martes 27 de junio, se firmó un programa de financiamiento para la industria agropecuaria en el país. El “Plan Safra 2023-2024” dirigido a medianos y grandes productores de maíz, soja y ganado, garantizará la cantidad de 75.8 millones de dólares para la cosecha y venta de sus productos.
Por el contrario, se planea destinar una suma de 15 mil millones de dólares para el financiamiento de la producción y agricultura familiar. Esta producción tiene como objetivo atender las necesidades de las familias del país, mientras que la producción a gran escala se orienta principalmente hacia países europeos y China.
Al mismo tiempo que el presidente brasileño, Lula da Silva intenta contrarrestar la minería ilegal y hacer frente a la deforestación, sus políticas de financiamiento parecen inclinarse en favor de las grandes empresas capitalistas.
Reporta: Edilberto Sena