La degradación del suelo en América Latina se ha convertido en una problemática alarmante, impactando la productividad agrícola y la sostenibilidad del medio ambiente. Hermes Justiniano, de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), alerta que malas prácticas agrícolas están acelerando este deterioro, pero también propone soluciones regenerativas para revertir el daño.
Métodos como el arado y la rastra desestabilizan la estructura del suelo, eliminando nutrientes esenciales.
Por otro lado, cultivar una sola especie afecta el equilibrio del ecosistema del suelo, impidiendo que los microorganismos esenciales obtengan los nutrientes necesarios. Exponer la tierra al sol, el viento y la lluvia provocan erosión y la pérdida de materia orgánica acumulada durante millas de años.
Desde la FCBC, se impulsan métodos innovadores que priorizan la regeneración del suelo y la sostenibilidad:
- Siembra directa: Consiste en evitar el arado, preservando la estructura del suelo y su biodiversidad. Los microorganismos que habitan en el suelo descomponen la materia orgánica, haciéndola disponible para las plantas.
- Cultivos mixtos: En lugar de monocultivos, se promueve la siembra de combinaciones de gramíneas y leguminosas, que enriquecen el suelo al fijar nitrógeno y fomentar el intercambio de nutrientes entre plantas y microorganismos.
- Cobertura permanente: Mantener siempre el suelo cubierto, ya sea con vegetación o rastrojos, protege a los microorganismos de los efectos del clima extremo y retiene la humedad, asegurando la continuidad del ecosistema.
La transición hacia prácticas sostenibles no solo revierte el daño a los suelos, sino que también optimiza el uso de recursos y promueve la biodiversidad. Estas iniciativas ofrecen una oportunidad para cambiar los paradigmas agrícolas tradicionales y avanzar hacia un modelo más justo y respetuoso con el medio ambiente.
Informa: Julio Rodríguez Barrancos, Radio Santa Cruz.