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El diálogo en Nicaragua entre el gobierno y la opositora Alianza Cívica nuevamente se estancaron, ante las acusaciones de ambas partes de incumplir los acuerdos firmados el pasado 29 de marzo.

La Alianza Cívica acusa al gobierno de no cumplir con el acuerdo sobre la liberación definitiva de los presos y presas políticas, y de no permitir las marchas opositoras.

En tanto, el gobierno acusa a la Alianza Cívica de incumplir el acuerdo de firmar un documento para pedir a la comunidad internacional detener las sanciones en contra del gobierno de Nicaragua.

Los garantes del diálogo, el Nuncio Apostólico, Waldemar Stanislaw y el enviado de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Ángel Rosadilla, presentaron una propuesta para calendarizar el cumplimiento de los acuerdos. Sin embargo, la Alianza Cívica denunció que el gobierno se negó a aceptar la propuesta.

La noche del martes el presidente Daniel Ortega en una celebración con simpatizantes de su partido y con trabajadores estatales, calificó de miseria humana a los integrantes de la Alianza Cívica con quienes están negociando. A los cuales, acusa de promover y apoyar las sanciones internacionales.

En los próximos días, se espera una convocatoria a reunión para tratar de destrabar los inconvenientes del diálogo, aunque con los señalamientos del mandatario, la Alianza Cívica ha dicho que serán más firmes en sus demandas.

La iglesia católica a través de un comunicado con motivo del día internacional de los trabajadores, mediante la Conferencia Episcopal llamó al Estado nicaragüense a garantizar los derechos de la ciudadanía y responder a las demandas de cambios estructurales que permitan una salida pacífica a la crisis que vive el país.

Un reporte de Radio Universidad, Nelson Rodríguez 

Fotografía: niu.com.ni