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Se estima que al menos 30 mil indígenas fueron exterminados durante la ‘época del caucho’, un periodo nefasto de la historia del Perú (1880-1920) marcado por un auge económico envuelto de muerte. Ha pasado más de un siglo y, hasta hoy, el Estado no ha investigado oficialmente los abusos cometidos contra pueblos originarios de la Amazonía por la explotación cauchera. Frente a ello, alrededor de 30 jóvenes indígenas han decidido acudir a los tribunales para pedir que el Poder Judicial garantice su derecho a la verdad, es decir, saber qué ocurrió con sus antepasados.

 

Loreto, 13 de octubre de 2025. Este lunes, un grupo de jóvenes indígenas del Colectivo Tsiuni (“escuchar” en idioma kukama) presentó ante el Poder Judicial una demanda de hábeas corpus para exigir que el Estado peruano ordene la creación de una Comisión de la Verdad que investigue a profundidad los crímenes que se cometieron contra los pueblos amazónicos durante el período conocido como ‘época del caucho’. Se trata del inicio de una batalla legal que han emprendido para saber qué ocurrió con sus antepasados.

“Nos hemos organizado a partir del dolor. Un dolor que exige justicia y una justicia que es un camino de sanación y de no repetición. Hace más de 100 años, nuestros abuelos y abuelas, nuestros padres, nuestras tías, las generaciones que les precedieron, han sido víctimas de una ola de extermino, violencia, esclavitud y muerte”, declaran en un comunicado dirigido a la opinión pública.

Conformado por 30 jóvenes indígenas de los pueblos Kukama, Maijuna, Secoya, Murui, Bora, Tikuna, Awajún, Arabela, Achuar y Wampis, el Colectivo Tsiuni nace de un reclamo por conocer una parte olvidada del pasado del Perú, invisible en el relato oficial y omitida en los textos escolares de historia, a pesar de que estudios históricos y antropológicos estiman que durante la ‘época del caucho’ (desde 1880 hasta 1920, aproximadamente) fueron asesinados entre 30 mil y 100 mil indígenas en la Amazonía, a causa de la explotación de empresarios caucheros.

La demanda de hábeas corpus, que ha sido ingresada en el Juzgado Mixto de Nauta de la Corte Superior de Justicia de Loreto, tiene como base legal principal el derecho a la verdad, reconocido hace más de 20 años por el Tribunal Constitucional como derecho fundamental exigible judicialmente. En concreto, representa un derecho individual y colectivo de todo peruano a conocer crímenes sistemáticos contra los derechos humanos de un sector de la población, y así extraer lecciones para que estos hechos no vuelvan a suceder.

“La violencia es cíclica en la Amazonía, nunca se ha detenido y sigue operando de la misma manera, a manos de empresas y grupos de poder, de un Estado cómplice y criminal”, ha expresado el Colectivo Tsiuni, en alusión a las actividades extractivas que en la actualidad continúan amenazado los derechos de los pueblos indígenas y el medio ambiente. Pero también al accionar de funcionarios que en nuestros días celebran el llamado ‘boom’ cauchero, como el actual gobernador regional de Loreto, que en mayo de 2024 inauguró en Iquitos el “Paseo del caucho” como zona turística, festiva y de actividad comercial.

Con todo, este grupo de jóvenes indígenas ahora espera que en los próximos meses el Poder Judicial declare fundada su demanda y que, en un futuro cercano, el Gobierno peruano ordene la creación de la comisión de la verdad. En juego está su derecho a conocer la historia de sus pueblos y de sus familias, que es, en definitiva, su propia historia.

Jóvenes indígenas de la región Loreto, exigen al Estado Peruano una Comisión de la Verdad por los crímenes ocurridos en la época del caucho. 

Alrededor de 20 jóvenes indígenas de los pueblos kukama, maijuna, secoya, murui, bora, tikuna, awajun, arabela, achuar, wampis,  se han organizado a partir del dolor. Un dolor que exige justicia y una justicia que es un camino de sanación y de no repetición. Hace más de 100 años, sus abuelos y abuelas, sus padres, sus tías, las generaciones que les precedieron, han sido víctimas de una ola de extermino, violencia, esclavitud y muerte. 

Esta es una historia que el estado peruano, los grupos de poder económico, enquistados en su narrativa de progreso, y mucha de la institucionalidad vigente en el país, hasta la actualidad,  ha intentado borrar, pero lo que este grupo de jóvenes le  quiere decir al mundo, es que esta historia, no se borra, no se puede resarcir en el olvido, que sus muertos ya no están, pero ésta herida del extermino de lo pueblos sigue vigente en su propia historia familiar, en su historia colectiva, que es la historia de todo un país. 

 

UN BOOM DE MUERTE Y CRIMEN

La época del caucho, que se conoce también en la historia moderna, como el BOOM cauchero, está lejos de ser ese sueño progreso, riqueza y apogeo. El boom cauchero, marcó una de las episodios más terribles de la historia de toda América Latina. 

Violaciones a mujeres, castigos inhumanos, hambre, usura, secuestros, asesinatos, fueron algunos de los crímenes ahora tipificados en la constitución, en un sistema de justicia al que jamás accedieron las víctimas. algunas investigaciones estiman alrededor de 30.000 personas asesinadas, pero la realidad y las memorias de los pueblos victimizados hablan de que ese número queda muy corto, porque han sido comunidades y pueblos enteros exterminados.  

Generaciones enteras masacradas, migración forzada por la violencia del extractivismo del caucho, despojo del territorio, es lo que este grupo de jóvenes indígenas, agrupados en el colectivo TSUNI,  quieren visibilizar y exigir que no se siga repitiendo. 

Este colectivo reconoce que la violencia es cíclica en la Amazonía, que nunca se ha detenido y que sigue operando de la misma manera, a manos de empresas y grupos de poder, de un estado cómplice y criminal, no solo encubridor, sino perpetrador del extermino. Casos reciente como la negación de la reserva PIACI Yavarí Mirim, de la negación de procesos de titulación de los pueblos en repetidísimas ocasiones, leyes como la Ley (ANTI) Forestal, la ampliación del REINFO, el crimen organizado tomado las estructuras e instituciones, son solo una muestra de todo lo que enfrentan los pueblos indígenas en su día a día. La historia del caucho, lejos de desaparecer, se encarna con más fuerza en una práxis para matar. 

 

UNA COMISIÓN DE LA VERDAD: Hacer memoria para construir el presente y el futuro

El colectivo Tsuni, en estos tiempos de colapso climático, es una esperanza para el pueblo peruano, un grupo de jóvenes que quieren quitar el velo del olvido y la injusticia. Hacer memoria es hacer justicia, hacer memoria es desenmascarar las mentiras, hacer memoria es la única posibilidad de un nuevo futuro.

El llamado del Colectivo Tsuni a organizaciones sociales, comunitarias, indígenas, medios de comunicación, colectivos, a cada peruana y cada peruano es:  sumarse a exigir la verdad, a detener este modelo de desarrollo feroz, que se sostiene a costa de los pueblos y la naturaleza. 

El próximo 13 de octubre 2025, en la región Loreto, este grupo de jóvenes indígenas respaldados por muchas organizaciones de derechos humanos, presentarán formalmente una demanda al Estado Peruano para EXIGIR UNA COMISIÓN DE LA  VERDAD. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Contactos y más información:

  •  Katy Ordoñez  Tamani: +51 912 860 960 prensa colectivo TSUNI
  • Leonardo Tello Imaina:   +51 950 343 989 – prensa RADIO UCAMARA
  • Alexis Ravolle: +51 947 209 502  Prensa IDL