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El pueblo kichwa de Sarayaku vive en las riberas del río Bobonaza, en la provincia de Pastaza en la Amazonia ecuatoriana. Unos 1200 habitantes viven allí aún de manera tradicional, de la caza, pesca, agricultura y ganadería.

Tuvimos la oportunidad de dialogar con Patricia Gualinga, dirigenta de la Mujer de la comunidad Sarayacu. Ella nos explica que la lucha de su pueblo se expresa en una resolución de “resistencia férrea y una decisión extrema”: no negociar el territorio.

La lucha del Pueblo de Sarayaku dejó una huella muy grande, creó jurisprudencia en materia de consulta previa, libre e informada; después de un proceso jurídico de más 10 años de duración, y que pasó al ámbito de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Consiguiendo así expulsión de la empresa petrolera de su territorio.

Esta resistencia que para muchos/as puede parecer extrema, adquiere sentido si conocemos el plan de vida de la comunidad Sarayaku, denominado “Plan Sumak kawsay”. Es, en palabras de Gualinga, “el vivir en armonía con la naturaleza, con la espiritualidad; generar una armonía con el contexto y vivir con dignidad”. Sus pilares fundamentales son: Kawsay Sacha, que quiere decir tierra fértil o selva viviente; Sacha Runa Yachay, es decir el conocimiento ancestral del hombre de la selva; Runa Kawsay, que se traduce como vida comunitaria.

Patricia Gualinga deja un mensaje para las comunidades de la Panamazonía que viven situaciones de amenaza de sus territorios y sus vidas. “El camino es implementar estrategias en varios campos que apunten a visibilizarse, a responsabilizar a la globalidad que utiliza combustibles fósiles, a romper el resentimiento histórico de los pueblos indígenas para lograr miradas recíprocas con igualdad y generar alianzas. Todo ello en el campo comunicativo, de contenidos, de planificación, sin olvidar la espiritualidad, pues es desde ella y con ella que la fueza de la lucha se concretiza”, acota.

Ante las voces que desalientan la intención de luchar contra las grandes empresas, Gualinga sostiene que “hemos demostrado que luchar sí se puede”. También afirma que el gran reto para las/os comunicadores/as indígenas es “que los tomadores de decisión te escuchen, te entiendan y llegues a su corazón, para que tomen una decisión a conciencia y no solamente pensando en el mercado”.

 

Puedes escuchar el Programa Latido Indígena completo aquí