Frente al triunfo de Trump, una propuesta de unidad de centroamérica.
El politólogo salvadoreño Saúl Herández aseguró que ante la victoria electoral del magnate Donald Trump “es importante unir esfuerzos entre nuestros países en políticas estratégicas migratorias y de diálogo con el gobierno de los Estados Unidos”. En declaraciones a Contacto Sur entrevistado por la red Arpas, Hernández opinó que “debería ser una prioridad de los gobiernos garantizar la estabilidad laboral y la estabilidad migratoria porque millones de hogares se estarían viendo afectados y también las economías de nuestros países”.
Países como El Salvador, Guatemala, Honduras o República Dominicana tienen un importante flujo de migrantes y de remesas con Estados Unidos, tienen tratados de libre comercio con esa potencia mundial y una fuerte dependencia en muchos aspectos.
Con respecto a las promesas antimigrantes que hizo Trump, Hernández aclaró que “hasta el momento todo lo que anunció lo hizo en el marco del calor electoral y de la campaña, fue un discurso que generó una importante cantidad de votos en el electorado norteamaricano descontento que buscaba las causas de su pérdida de trabajo”.
Además recordó que Trump “si bien tiene facultades ejecutivas, no todo lo puede hacer sin que el Congreso lo apruebe”. Hernández explicó que “la política masiva de deportación no es propia de un gobierno republicano” y recordó que “Barack Obama hasta julio de este año acumulaba la mayor cantidad de indocumentados deportados en un período presidencial con 2,8 millones de personas deportadas”.
Con respecto a la promesa que hizo Trump de romper los tratados de libre comercio firmados por su país, el politólogo Hernández dijo que por ejemplo “todos los tratados de libre comercio que El Salvador ha suscripto han sido negativos” pero “sí es cierto que Estados Unidos es uno de los principales destinos de nuestras exportaciones”.
Con respecto al mismo tema alertó que “será interesante ver cómo reacciona el sector empresarial de nuestro país y el de Estados Unidos, ya que los tratados de libre comercio generan importantes exenciones y privilegios fiscales, especialmente para las empresas nortemaricanas asentadas en nuestros países”.
También se refirió a la dependencia del comercio exterior con los Estados Unidos y aseguró que seguirá siendo fuerte “hasta que no exista una lógica centroamericana también en el comercio, en identificar cuáles son los potenciales productivos de cada uno de los países y por lo tanto venderlos en conjunto”.