En el marco de la campaña “Educación con diversidad e igualdad: Por el fin de la violencia de género en los centros y entornos educativos” que impulsa la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación- CLADE, en alianza con Red de Educación Popular Entre Mujeres de Latinoamérica y el Caribe – REPEM LAC, la Agencia Internacional PRESSENZA y ALER, realizamos un análisis de la situación de la educación con igualdad en América Latina y el Caribe.
En Contacto Sur vespertino entrevistamos a Alma Colín de la organización Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia; Estela Colazo, directora de la Diplomatura en Desarrollo Humano con enfoque de Género y Derechos Humanos DDHH de la Universidad Nacional de Córdoba – UNC; Patricia Jaramillo y Marcela Ballara de REPEM; Susana Chiarotti y Silvia Pimentel del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer – CLADEM; y Karen Atala, directora de la Fundación Iguales de Chile.
La orientación sexual y la identidad de género integran aspectos esenciales de la vida de una persona y están bajo la protección de los derechos humanos. Sin embargo, ambas categorías son objeto de reiterados actos de discriminación, violencia y opresión, asociados a la persistencia de construcciones culturales e ideológicas basadas en el heterosexismo, el patriarcado y la heteronormatividad, que violan un conjunto de derechos humanos, especialmente el derecho a una vida digna, libre de violencia y discriminación.
Según informe de la UNESCO sobre la discriminación y la violencia por identidad de género y orientación sexual en la educación, pocos países en el mundo han desarrollado políticas para prevenir y combatir este tipo de violencia en las escuelas.
Según las entrevistadas aún hay pasos por dar a nivel legislativo, las prácticas docentes son todavía discriminantes, el sesgo machista permea nuestros sistemas culturales y educativos, y reproducimos inconscientemente algunas discriminaciones.
La relación entre culturas, tradiciones, esquemas mentales, creencias, políticas y sistemas educativos es muy compleja. Por ello, requiere de tomas de conciencia, reflexiones personales y colectivas, movilizaciones, modos de comunicar e incidencias, para seguir avanzando en propuestas educativas que dejen a un lado el miedo como método, y se inspiren en aprender de las diversidades para integrar la igualdad y el respeto como principios pedagógicos.
¡El camino y las luchas continúan, dentro y fuera de nosotros y nosotras!