En Costa Rica exigen un alto a la expansión piñera.
“La contaminación en el cantón de Los Chiles es constante; igual la deforestación y el maltrato a los animales por la agresión de la mosca del rastrojo de la piña. Se está sembrando sin control alguno; no hay un plan regulador, no hay estudios técnicos. O sea esta piña que está saliendo de este país es una piña sucia, lleva sangre, lleva hambre porque ha dejado a familias en quiebra”, dijo el pequeño ganadero de Pavón de Los Chiles, Jorge Castro.
Él, su compañera Mariana Paniagua y su amigo Gabriel llegaron a San José, Costa Rica, el jueves 18 de mayo, luego de un esfuerzo enorme. Quieren denunciar que la siembra de piña ha generado un impacto en la tenencia de la tierra y desplazamientos de campesinos.
Don Jorge caminó 180 kilómetros y en el camión venía cargando a sus animales: su vaca “Negra”, una perra que se llama “Muñeca” y un caballo llamado “Cielito”, todos afectados por la mosca de la piña.
Su viaje fue para denunciar las atrocidades causadas por las empresas piñeras al norte de Costa Rica y para pedirle al Gobierno que evite que siga la expansión de este monocultivo, sin controles ambientales ni respeto a los derechos laborales ni a la salud de las personas.