El cooperativismo como alternativa para enfrentar la exclusión en América Latina.
Este sábado 1 de julio es el Día Internacional de las Cooperativas. Los principios solidarios y humanistas de este movimiento, que tiene casi 200 años de historia, siguen más vigentes que nunca.
Según el docente de economía solidaria de la Fundación Universitaria de San Gil, Miguel Arturo Fajardo Rojas, ya son casi 200 años desde que surgió la corriente económica denominada El Cooperativismo.
Luego de que la Revolución Industrial dejará a miles personas sin empleo, un grupo de ciudadanos lo inició con la idea de que, a través de la ayuda mutua, se podría generar un modelo empresarial para satisfacer las diferentes necesidades de las personas, creándose así las primeras cooperativas, tanto en Inglaterra como en Alemania.
Desde el continente europeo se fue extendiendo por diferentes partes del mundo. A América Latina llegó de la mano de dos corrientes principalmente: una relacionada con los sindicatos de los trabajadores y otra con la Iglesia Católica o las iglesias renovadas.
En su origen el cooperativismo es una reacción en contra de las políticas de explotación de la entonces naciente industrialización.
De acuerdo con el docente Fajardo Rojas, hoy en el mundo son miles las cooperativas que existen en diferentes campos como el agrario, ahorro y crédito, servicios públicos, mujeres y agremiaciones, entre otros.
En un momento en que la desigualdad crece, las cooperativas son uno de los principales modelos que incluyen los aspectos de desarrollo sostenible en sus fundamentos, además de tener en cuenta valores y principios éticos.
El 16 de diciembre de 1992, la Asamblea General de la Naciones Unidas proclamó al 1 de julio como Día Internacional de las Cooperativas.