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2019-04-03

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La demanda mundial del agua sigue aumentando, se estima que desde los años 80 a un ritmo 1% anual en todo el mundo. De seguir con esa tendencia para el 2050, representaría un incremento del 20% a un 30% por encima del nivel actual de uso de agua. Según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2019, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) el incremento está impulsado por una combinación del crecimiento de la población, el desarrollo socioeconómico y cambios en los modelos de consumo.

Este modelo capitalista es cada vez más insostenible. En la actualidad, según el Informe señalado, “más de 2.000 millones de personas viven en países que sufren una fuerte escasez de agua, y aproximadamente 4.000 millones de personas padecen una grave escasez de agua durante al menos un mes al año”. Escasez que seguirá aumentando mientras continúe la demanda de agua y se agudice el cambio climático.

El acceso al agua potable y el saneamiento es un derecho humano fundamental indispensable para la vida, que los Estados deben garantizar. Pero ante este derecho humano se priorizan los intereses privados, según el Informe el uso y la demanda de agua es creciente en los países desarrollados y en las llamadas economías emergentes. Países que cada día consumen más agua para procesos agrícolas, es decir, para la ganadería, irrigación y acuicultura representando el 69% de las extracciones anuales a nivel global; la industria (lo que incluye la generación de energía) representa el 19% de la extracción, mientras que los hogares solo el 12%.

De continuar esta tendencia mundial de abuso y desigualdad se podría desatar la llamada “guerra por el agua”. El Informe plantea que el aumento de la escasez generaría conflictos transfronterizos relacionados con el agua, ya que actualmente existen 286 ríos internacionales y 592 acuíferos transfronterizos compartidos por 153 países, donde las principales víctimas serían las personas de sectores populares.  

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 La importancia de proteger los recursos hídricos

Actualmente para la extracción del agua se prioriza una agricultura no sostenible y dañina para la naturaleza, lo que profundiza las desigualdades entre y dentro de las regiones, países y comunidades. Según datos de las Naciones Unidas, tres de cada diez personas no tienen acceso al agua potable segura. Mientras que, seis de cada diez personas no tienen acceso a servicios de saneamientos seguros, y uno de cada nueve practica la defecación al aire libre.

En América Latina millones de personas carecen de agua potable y segura. Mientras que un sin número de personas carecen de instalaciones dignas para la eliminación de heces. Muchas de las cuales se encuentran en cinturones de pobreza en las grandes ciudades de la región. Uno de los graves problemas se refiere al proceso de descentralización del servicio del agua en manos privadas, o en una combinación público-privada. Esta fragmentación de proveedores de servicios convierte el agua en un bien comercial donde las personas de bajos ingresos son las más afectadas por no poder pagarla.

 ¿Quiénes se quedan atrás?

Hay muchas razones prohibitivas de discriminación, pero la pobreza generalmente ocupa un lugar destacado. Las mujeres y las niñas suelen experimentar discriminación y desigualdades con regularidad a la hora de disfrutar el derecho humano al agua potable y al saneamiento en muchas partes del mundo. Las minorías étnicas, incluidos los pueblos indígenas, las personas migrantes y refugiadas son a menudo objeto de discriminación para el acceso y ejercicio de sus derechos, entre ellos al agua potable.

Créditos de foto: Mujeres autóctonos en Brasil. © Filipefrazao/iStock/Getty Images

Redacción: Erick Pineda, con información disponible del Informe.