Como en la mayoría de los países de América Latina, las mujeres costarricenses no tienen garantizado su derecho a decidir. Por eso terminan recurriendo al aborto clandestino para interrumpir embarazos no deseados. La ley sólo prevé el aborto legal en caso de que corra riesgo la salud o la vida de la mujer. Sin embargo ni eso se cumple ya que no se ha dictado la norma técnica necesaria. La lucha del movimiento feminista está en eso, pero va más allá: lograr que las mujeres tengan derecho a decidir qué hacer ante embarazos no deseados, que son la mitad de los embarazos en Costa Rica. La discusión no es “aborto sí o aborto no”, sino aborto legal o aborto clandestino, aborto seguro o aborto inseguro. Nuestra compañera Fabiola Pomareda desde la Asociación Voces Nuestras nos trae la nota para toda América Latina a través de Contacto Sur.