La coordinadora general de la CLADE y presidenta de la Campaña Mundial por la Educación, Camilla Croso, nos presenta un balance del Foro Político de Alto Nivel de la ONU sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y subraya como desafío para la realización de la Agenda 2030 el crecimiento del lucro en la educación
¿De qué manera, desde instancias como el Foro Político de Alto Nivel, podemos resistir al debilitamiento de los derechos humanos que se observa en distintos países de América Latina y el Caribe?
La única manera de avanzar e impedir retrocesos es por medio de la resistencia organizada, sea por los movimientos sociales, por los sujetos que se organizan en manifestaciones, como las y los estudiantes que hacen un trabajo fundamental por ese derecho. La movilización constante es fundamental, así como una articulación nacional, regional y mundial, para que podamos ir apoyándonos mutuamente y caminar juntos de una manera articulada, fortaleciendo los espacios de derechos humanos.
Una cuestión que hablamos mucho en el Foro fue cómo hacer, desde la sociedad civil, puentes entre Ginebra, donde están basadas las instancias más ligadas a los derechos humanos de la ONU, y Nueva York, donde se queda la sede de las Naciones Unidas.
En otras palabras, cómo llevar una perspectiva práctica de los derechos humanos, incluso prácticas de seguimiento, como la Revisión Periódica Universal (en la cual los países son avaluados por el Consejo de Derechos Humanos, y el espacio de participación popular y el tiempo para preguntas son mucho mayores). Sentimos que tenemos que estar protegiendo estos mecanismos, porque en estos procesos de retrocesos esas instancias están también en juego.
Usted ha hecho referencias también, en otros espacios, a la importancia de defender lo público y las responsabilidades de los Estados frente a los compromisos con los derechos humanos. ¿Qué pensamiento, después del Foro Político de Alto Nivel, podrías aportarnos en ese sentido?
Esa cuestión también nos preocupó en el Foro, en lo cual se quedó clarísimo el peso que tiene el sector privado en las Naciones Unidas y el marco de los ODS. Durante el evento, uno de los días fue dedicado exclusivamente para pensar el rol del sector privado en su implementación, y no hay duda que para el sector privado, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible hay un potencial enorme para el lucro. En una reunión que tuvimos con una representante de alta responsabilidad en la ONU, subrayamos nuestra preocupación que se ponga el lucro por encima de las personas.
Hay un conflicto de intereses ahí, dado que conviene al sector privado la fragilidad de lo público. A medida que eso ocurre, como por ejemplo en la educación, se abre un “mercado” para el sector privado. En África y Asia ya está instalada una práctica que nos preocupa profundamente (y que cuidamos para que no ocurra en América Latina y el Caribe), que son las cadenas de escuelas de “bajo costo” para el sector más pobre. Esas cadenas son una verdadera barbaridad, pues son escuelas de bajísima calidad, con docentes sin formación que apenas reciben un entrenamiento para leer el material del aula en tablets. Las aulas son absolutamente prescriptivas y estandarizadas, de la más baja calidad imaginable, pero la expectativa es que, como hay muchas personas pobres en lo mundo, la escala permitirá que se gane mucho dinero con eso, lo que es profundamente antiético. Eso no es educación, no hay la posibilidad de diálogo, de dudas y preguntas, de debate, y aun se cobra un precio muy grande para que los que están debajo de la línea de la pobreza puedan estudiar. Es realmente una afronta al derecho a la educación.
Créditos:
Realización de la entrevista: María Cianci.
Transcripción: Samuel Grillo, de CLADE
Fuente CLADE
Imagen: Gravura: ARA3 Xilos
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