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2019-03-01

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​                                                                                                                            Humberto Vandenbulcke

Los escenarios de crisis al inicio del siglo 21

Los últimos años han sido muy agitados en nuestro continente y el mundo. Ocurren cosas preocupantes que no nos imaginábamos 10 años atrás. El contexto actual levanta muchas preguntas, causa miedos y confusiones, indignación e inseguridad ante el futuro.

Pero, también se muestran nuevas señales de esperanza en la creatividad para repensar el sentido de la vida, ensayar nuevos caminos, nuevos modos de vivir y de convivir, guiados por nuevos paradigmas.

El fin de una época

Se generaliza la convicción de que el mundo está en crisis a causa del desgaste del modelo económico de mercado y la visión que la sustenta. La época del capitalismo neoliberal está en sus finales.

El sentimiento de crisis se ha generalizado. La crisis es sistémica porque abarca los subsistemas de la economía, la política, la cultura, la educación, la salud, la justicia que están todos interconectados.

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Síntomas de la crisis

La crisis afecta el bien de los individuos, el bien de comunidad y el bien de la vida. La democracia no hace un buen gobierno.

Peligra la vida. La civilización que sustenta el sistema capitalista es patriarcal, basada en la conquista, en la separación y el dominio de la naturaleza para el beneficio del hombre. El descuido de la tierra y de la vida se muestra en la toma compulsiva de los bienes comunes, acabando con la naturaleza y destruyendo especies. Además, la creciente contaminación del aire por la expulsión de monóxido de carbono con todas las consecuencias en el clima y los efectos nefastos, va poniendo en peligro la vida de todas las especies.

Las desigualdades. A pesar de tanto “desarrollo” acumulado, el sistema muestra su fracaso por las crecientes desigualdades en la humanidad. En la carrera galopante para acumular riquezas sin límites, una pequeña élite lleva una vida imperial despreocupándose por el bienestar de millones de personas que sobreviven en la pobreza y la miseria, sin acceso a los bienes básicos a que tiene derecho cada ser humano. Este maltrato del sistema a la humanidad no puede ser ético ni legítimo.

Pérdida de la libertad personal. El sistema económico tiene atrapado a la gente en una cultura del consumismo, la cultura del prestigio personal y del poder. Fomenta el individualismo, el sálvese quien pueda, la competencia, el ansia de lucir y la pérdida de energías y de tiempo invertidos en esos afanes. Es el pensamiento del patriarcado, que aún perdura. Profesa valores como el dominio, la hegemonía, la pura eficiencia, el uso de la fuerza y la violencia contra voces disidentes, la discriminación de la mujer, la jerarquía en los mandos y el rechazo a la diversidad.

Crisis de la democracia. El principio de la regulación del bienestar social por la economía del mercado y del rol del Estado como servidor público no está funcionando. El sistema democrático está en crisis porque perdió la conexión con la vida, los intereses y anhelos de la población. Un gobierno “con, de y para el pueblo”, la representatividad, la participación, que son elementos constitutivos de la democracia, están en descrédito.

El poder político se ha ido instalando en oligarquías. Gobiernos facilitan la economía de mercado. Las corporaciones y poderes económicos dominan Estados y Gobiernos.

Contagia el populismo de figuras fuertes, que con magia y estrategias de comunicación convencen con promesas la solución de los problemas.

La presión de la pérdida de la calidad de vida y la privación de los derechos fundamentales fomentan el escepticismo al sistema y la crítica a políticos y gobernantes.

El sistema vigente es insostenible porque no cuida la vida que da la naturaleza, no garantiza la convivencia armoniosa de la humanidad, ni ofrece felicidad a las personas.

Un nuevo paradigma

El sistema está en crisis y a nivel mundial se expande la convicción de que tenemos que cambiar de rumbo y buscar alternativas al modelo actual. Greta Thunberg, la joven activista sueca por el cambio climático, expresa el sentir de miles de jóvenes en el mundo: “Necesitamos una nueva política, una nueva economía. Es tiempo de finalizar con un sistema que descansa sólo sobre competencia, y esto es un obstáculo grave para la colaboración y solidaridad necesarias para la vida. Es imperioso compartir con honestidad y justicia los medios del planeta.”

La filosofía del mundo mercado, con su paradigma de la felicidad por el desarrollo, debe ser desplazada por una visión alternativa que traza nuevos caminos que pueden devolver el respeto a la vida, el equilibrio planetario, la convivencia armónica entre los humanos y la felicidad de las personas.

Una alternativa es la visión contextual que nos deja ver un mundo interconectado y que está en construcción por la interacción creativa entre las personas. Se respeta la diversidad, la equidad, los derechos, la participación, los valores de la colaboración, la solidaridad, el vínculo comunitario, el cuidado de la vida. Esa visión, centrada en la vida, promueve el paradigma del buen vivir, que incorpora esos conceptos y valores y va trazando caminos para alcanzar ese mundo que deseamos.

Nuestro paradigma alternativo, concentra diferentes elementos de civilizaciones humanistas y biocéntricas que ofreció la historia de la humanidad, en su búsqueda de la felicidad. El paradigma está todavía en construcción. No pretende ser una doctrina. Ni siquiera su mismo nombre, “buen vivir o buen convivir” debe ser definitivo. Lo que importa es el sentido y la importancia que tiene para inspirar y orientar a la humanidad en su camino hacia una nueva convivencia en condiciones de sostenibilidad.

Nuestro mundo en transición: Plan de vuelo

En el libro “Comunicar la Esperanza. Camino al buen (con)vivir” narramos una serie de prácticas alternativas basadas en el nuevo paradigma. Tratamos de mostrar cómo la humanidad, en varias partes del mundo, está haciendo el proceso de transición hacia modos auténticos de vivir y convivir: en lo personal, en sociedad y con el planeta, rescatando en especial el valor de la solidaridad.

Esta transición es un proceso que avanzará con fuerza en el presente siglo y que logrará desplazar sistemas viejos que ya no son sostenibles.

Orientados por el nuevo paradigma, estamos montados ya en el viaje, transitando hacia un mejor futuro.

Al mando de la nave tenemos tres actores interrelacionados y en complicidad: la ciudadanía, la empresa y quienes gobiernan. La tarea común es modelar, con esfuerzos aunados, el camino hacia el futuro.

Los tres pilotos conciertan un pacto social ecológico, con el compromiso de soñar juntos propuestas que desplacen sistemas insostenibles. Pensar ciudades y campos viables para la convivencia, impulsar una economía social y ecológica, y promover nuevos estilos de vivir, producir y consumir.

La acción política de los gobiernos será democrática y estará al servicio de ese gran proyecto colectivo, en diálogo con la población, direccionando las empresas e instalando normas y leyes como sustento de las múltiples iniciativas alternativas, en la consolidación de una economía social y ecológica.

La comunicación alternativa ocupará un rol fundamental en los avances de los procesos de transformación. 

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El rol de la comunicación alternativa

En la metáfora del vuelo con los tres pilotos que hacen el viaje hacia el mundo del buen convivir, comunicadores/as podrían estar en la torre de control que acompaña el vuelo.

Estar en la torre de control es una gran oportunidad, porque posibilita ver el curso de la nave a la distancia y observar cualquier detalle del vuelo. Pero también es una gran responsabilidad, porque se debe ejercer esta función con entrega, compromiso, conocimientos, criterios, autoridad y decisión.

A lo largo del vuelo, la comunicación alternativa debe contextualizar los acontecimientos de la actualidad. La gente quiere saber en qué país, en qué mundo está viviendo.

Los comunicadores y las comunicadoras en medios alternativos tienen una máxima responsabilidad de cara al avance de la creación de otro mundo. Cumplir este rol requiere formación, lectura, estudio.

Las alianzas con universidades, profesionales, la vinculación estrecha con organizaciones y movimientos sociales, otros actores serán indispensables para reflexionar y generar nuevas ideas y propuestas para perfilar el proyecto de cambio de largo plaza. Lo que impacta siempre son los datos objetivos que hablan por sí solos.

La comunicación alternativa tiene también el privilegio de encontrarse con las practicas inspiradas en el nuevo paradigma. Conocerlas, animarlas, narrarlas, divulgarlas para que sean valoradas en la sociedad y por los gobernantes. Dejando ver esas experiencias, la comunicación contribuye a crear un amplio movimiento de cambio. Un movimiento que ya está en marcha, que no puede detenerse y que necesariamente se irá ampliando en la medida que avance el vuelo.

En la transición, los gobernantes juegan un rol muy importante. Un buen gobierno debe estar en contacto con la gente. Ideas, iniciativas, demandas y propuestas de la población, las comunidades y movimientos sociales deben ser materia del diálogo político. Aunque en la realidad este mecanismo apenas funciona, debe ser clave para lograr un equilibrio y armonía social. El aumento de la participación ciudadana en la política y el diálogo continuado con partidos y gobernantes devolverá el sentido de la representatividad a la democracia.

La comunicación alternativa es un vehículo para promover esa interacción de la población con las instancias de gobierno. Los medios alternativos trabajarán en defensa del proyecto de futuro y asumirán un rol de intermediación entre la ciudadanía y los gobernantes.

La pedagogía del “ver, profundizar y actuar”, en la comunicación alternativa, mantiene su vigencia por ser un excelente método para ejercitar a personas, grupos, organizaciones en el ejercicio de la participación y empoderarlos como sujetos de cambio.

Las personas crecen en procesos de comunicación que promueven la cultura de la discusión, el contraste de ideas y la defensa de convicciones. Esa práctica es una experiencia política que cura el contagio de la pasividad, el conformismo y el entreguismo. Las convicciones y la vanguardia de ciudadanas y ciudadanos son las que fortalecen la democracia.

Los medios alternativos deben ser un espacio para encontrar las voces diversas y hacerlas parte activo en el debate público.

En la comunicación alternativa se emplean métodos para recolectar opiniones, propuestas, sobre diversos temas relacionados con la comunidad, la sociedad y las perspectivas del futuro. Se debe hacer uso creativo de las nuevas tecnologías y medios de comunicación, en especial las redes virtuales, justamente porque permiten la participación y la intercomunicación entre todos los sectores de la sociedad.

Conociendo los ganchos de los discursos populistas que son una mezcla de verdades y mentiras, es difícil que la representatividad en la democracia sea promovida por los gobernantes.

La comunicación alternativa debe combatir la degeneración de la democracia promoviendo el montaje de amplias mesas de debate público sobre temas cruciales relacionados a la vida, la sociedad, la naturaleza, desde las comunidades, desde las realidades concretas de la población y el país. En ese ejercicio comunicativo se iría renovando el contrato social entre Gobierno y población. En nuestro plan de vuelo, los gobiernos que no construyen sus políticas públicas sobre una plataforma amplia de participación y de apoyo por la sociedad civil no pueden ser sostenibles.

Todas las personas son llamadas a participar activamente en la transformación de la realidad. Los miedos y la desesperanza que arropan a la humanidad en este cambio de época, se combaten haciendo la pelea por la esperanza. La comunicación alternativa promueve la esperanza.

La comunicación que acompaña y estimula la realización de ese proyecto de sociedad se hace con comunicadores/as que cultivan la sensibilidad por la gente, los derechos humanos y del Planeta. Son personas que optan por sumergirse con pasión en los procesos de cambio que restablecerán el equilibrio y la armonía en el mundo.

“Cuando nací me pusieron dos lágrimas en los ojos para que pudiera ver el tamaño del dolor de mi gente…”

Humberto Ak´abal

 

Presentado en el marco del aniversario de ARPAS en El Salvador el 29 de marzo 2019.