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El pasado jueves 5 de octubre, se realizó el séptimo encuentro del seminario, cuyo tema fue: “Comunicación Popular y Descolonización. Comunicación Popular para el Buen vivir”.

Para abordar estos temas nos visitaron Humberto Vandenbulcke, y les compañeres de la Federación Guatemalteca de Escuelas Radiofónicas, Ángela Cúc y Juan Pablo Montenegro.

Humberto, desde República Dominicana, quien ha publicado los libros que recuperan la experiencia del proceso ALER 2020 «Por el sendero del buen (con)vivir» y «Comunicar la esperanza», retomó el proceso de innovación institucional que se denominó ALER 2020.

Este proceso se inserta en las instancias de descolonización epistemológica del pensamiento que interpelan a la educación, la economía, la cultura, el Estado, la ciencia y todas las esferas de la existencia. Estos procesos nos llevan a ignorar, minar o subvertir las “reglas del juego” (criterios, valores, normas, indicadores, procedimientos, categorías, estándares, leyes) que instituyeron “el desarrollo” como meta universal.

La comunicación y la educación para el desarrollo fue una meta —contradictoria, muchas veces, en el sentido dado al término “desarrollo”— que hegemonizó el sentido de las prácticas que llevaron adelante muchas de las radios integrantes del movimiento de radios populares, educativas y comunitarias de América Latina.

 

 

Por otro lado, Ángela y Juan Pablo desde Guatemala contaron las trayectorias y perspectivas políticas de las redes informativa Maya K´at y la de mujeres comunicadoras mayas Jun Na´Oj.

Juan Pablo, señaló que la apuesta FGER es por la comunicación por el Buen Vivir, su tarea es «acompañar en la formación, en la educación y ahora acompañar los procesos organizativos de las comunidades para que se transforme nuestra realidad». Señaló que, «es ahí donde surgen las articulaciones con los territorios de Guatemala, como la Red de Comunicadoras Indígenas Jun Na’oj y la red maya K’at». Además, agregó que participa cada quién desde su propia experiencia y desde sus propios oficios:

«ser carpinteros, ser familia, ser los diferentes aspectos que realizan en sus comunidades y también son periodistas comunitarios y comunitarias».

Ángela, por su parte, contó el trabajo que vienen realizando en la Red Jun Na’oj. Comenzó su presentación diciendo «antes que Guatemalteca, soy Kaqchikel. Mi comunidad es Kaqchikel y está situada muy cerca de la ciudad. De hecho, este es territorio kaqchickel, aunque no se reinvindica como tal».

La Red invita a cuestionar los estereotipos desde lo que piensa a la mujer indígena, según explicó Ángela: “Cuando el Estado habla de mujeres indígenas, siempre es de una mujer indígena sufrida, siempre de una mujer indígena ignorante, una mujer indígena pobre y no, hay condiciones que ha sido el mismo Estado que ha colocado a las mujeres, por ejemplo, la situación de pobreza, la situación de analfabetismo. Eso no quiere decir que nosotras no tengamos conocimientos. Hay prácticas históricas que han hecho que nosotras hoy estemos acá tomando los micrófonos».

 

 

«Si nosotras no cuestionamos cuánto racismo internalizado hay, no podemos hablar de una democracia real, una democracia representativa para todas y para todos. Por eso también hablamos un poco del buen vivir visto desde nuestras propias pluralidades, porque no podemos hablar de un solo buen vivir para todas y para todos», continuó. «Nosotros decimos acá que lo que queda para las organizaciones y para los mismos medios de comunicación es aperturar espacios, dar los espacios para que sean las mujeres las protagonistas de sus propias narrativas».

 

Para concluir, compartió un mensaje de esperanza: «en todo el continente habemos mujeres y hombres, y sobre todo también jóvenes, niñas y niños, que están queriendo hacer comunicación, que se están realizando diferentes estrategias desde sus conocimientos propios para que todas y todos podamos tener un buen vivir».

 

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