La Agricultura Familiar es uno de los mecanismos de producción más importante de nuestro tiempo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el 80% de los alimentos que consume la población mundial proviene del trabajo y dedicación de la agricultura familiar.
En Colombia la Agricultura Familiar está representada por el campesinado, población indígena y afro, de la actividad pesquera, la agricultura urbana y neo-rural que vive en condiciones de pobreza. Los sectores rurales están en condiciones de subordinación, con frecuencia enfrenta dificultades económicas, tecnológicas, marginalidad y ausencia de políticas diferenciadas que reconozcan particularidades y potencien capacidades.
La agricultura familiar emplea el 57% del total de mano de obra demandada por el sector agropecuario, lo que evidencia su importancia en la seguridad y soberanía alimentaria nacional, según la FAO. Existen factores de orden estructural que marcan la suerte de la agricultura familiar, como la concentración de la tierra, la violencia y el desplazamiento, que convierten a Colombia en el país con la situación más crítica en la región.
Las experiencias de la agricultura familiar son eficientes cuando acceden a condiciones económicas y entornos favorables, especialmente en el aprovechamiento de la coproducción con la naturaleza, autonomía de insumos, integración de la mano de obra familiar y comunitaria, así como el autoabastecimiento alimentario de las comunidades.
En esta entrega del seriado Reseñas de Agricultura Familiar dialogamos con Alan Jorge Bojanic, FAO en Colombia; María del Rosario Guerra, Senadora; César Pachón, líder campesino y representante de la cámara en el congreso y testimonios de campesinos y campesinas.
Producción: CIESPAL-ALER / María Cianci Bastidas, Coordinación General ALER.