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El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM) en el marco de la campaña “Embarazo infantil es tortura contó con diálogos que permiten profundizar las reflexiones sobre esta situación urgente que se vive en el continente.

En esta oportunidad compartimos la entrevista con Susana Chiarotti (Argentina), abogada feminista de larga trayectoria internacional en la defensa de los derechos humanos de las mujeres, es integrante del consejo consultivo del Comité del América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres CLADEM Argentina, a continuación, la transcripción de sus reflexiones:

  1. Coordinas varias investigaciones sobre la situación de las mujeres, entre ellas Jugar o parir, Balance regional Niñas Madres. Embarazo y maternidad infantil forzada en América Latina y el Caribe, también colaboraste con el texto de Tejiendo estrategias feministas para prevenir, sancionar y erradicar el embarazo infantil forzado en América Latina y el Caribe ¿Cuál es tu balance regional sobre el embarazo infantil en la región en América Latina y el Caribe?

Gracias a la campaña de CLADEM, el tema está siendo visibilizado, desnaturalizado y se está viendo que algo que era considerado natural, por ejemplo, las niñas pobres quedan embarazadas muy temprano, eso está siendo deconstruido dentro de nuestra cultura y cada vez más organismos oficiales, agencias de las Naciones Unidas y gente encargada de trabajar con la infancia y también las organizaciones no gubernamentales están tomando el tema de embarazo infantil y sacándolo de la bolsa del embarazo adolescente, porque es una bolsa mucho más grande y que tiene otras connotaciones.

  1. ¿Por qué crees que se esconden los datos o sea por qué no se denuncian, no se documenta el tema de la maternidad infantil, por qué los Estados invisibilizan esta situación en la que las niñas son abusadas sexualmente?

En primer lugar, tienen que ver con algunas directivas internacionales, ese es uno de los aspectos, si a vos desde la Organización Mundial de la Salud o la Organización Panamericana de Salud te dicen que registres los partos de niñas de 10 a 18 años o 19 y que todo eso se llama embarazo adolescente, los gobiernos van a seguir esa directriz, pero, si comienza a analizarse y a relevarse el tema de las diferencias entre una niña de 10 años, una de 15 y una de 18, los impactos en la salud, las diferencias en los resultados, en su vida en general, entonces, poco a poco los Estados comienzan a tomar conciencia de esa cuestión y comienzan a diferenciar dentro de las estadísticas y una vez que se registren dentro de las actas cuántas niñas se convierten en madres antes de los 14 años.

Comienzan a surgir cifras que son reveladoras de otras lagunas y carencias dentro de cada país, por ejemplo, que muchas niñas de 12, 11 u 10 queden embarazadas claramente es un síntoma de una epidemia de abuso en contra de esas niñas, pero, que además ese número de niñas embarazadas no se ven reflejados en cifras de denuncias, de abuso sexual infantil, es otro indicador que muestra cómo esas niñas que han sido violentadas, porque en la, mayoría de los países antes de los 13 u 14 años toda relación sexual a una niña es una violación, lo que muestra que hay una dificultad de acceso a la justicia para las niñas que sufren de las violencias, que hay un silencio impresionante que cubre esa epidemia y que es una epidemia que está en la cultura, una cultura enferma, está revelando una ceguera de parte de la justicia, de parte de los organismos de gobierno, de los organismos de salud, porque, además de tratar a esas niñas no hay protocolos específicos.

No es lo mismo atender un parto de una niña de 11 años que una de 18, la de 11 años no tiene el piso pélvico formado, no tiene los canales de parto formado, su columna no está completa, le falta calcio, digamos, está creciendo y las consecuencias sobre su cuerpo y sobre su vida también son diferentes, entonces, una vez que empieza a develarse uno va cubriendo el velo de esta realidad, se muestran otros problemas graves dentro de nuestra cultura.

Nosotras hemos empezado a trabajar, pero, que toda la sociedad tiene que asumir, las sociedades y los Estados.

  1. ¿Podrías profundizar en la relación entre la vulnerabilidad de la niña en situaciones de pobreza, exclusión y condiciones étnicas en el aumento de casos de embarazo infantil?

Hemos observado que, por un lado, la política de los sectores conservadores que influyen en las políticas públicas de nuestro gobierno es como la del perro de hortelano, no come ni deja comer. Se oponen estos sectores conservadores a que se dé, por ejemplo, se organicen planes de educación sexual integral para las niñas y los niños, lo que permitiría empoderar a las niñas para hacer frente a avances sexuales no deseados o poder denunciar un abuso sexual. Por otro lado, cuando se embarazan esas niñas lo que hace esta sociedad es echarles la culpa a las niñas, creo que es más grave en aquellas niñas que son pobres, porque, además son casos conocidos, porque, la gente pobre tiene que acudir al hospital público, si su caso es registrado.

Cuando esto pasa en las familias de clase media o de clase alta, porque si pasa, por ejemplo, el abuso sexual incestuoso es una epidemia latinoamericana y caribeña, es una cosa que pasa en la región con muchísima frecuencia, que no tiene casi, denuncias y menos aún condenas, tiene un porcentaje de impunidad que supera el 99 % en la mayoría de los países. Cuando saltan esta cuestión en el seno de una familia de clase media o clase alta se soluciona de manera privada y no entra a las estadísticas solo se conoce cuando sucede dentro de una comunidad indígena o de sectores humildes que van al hospital público o van a una comisaría y lo denuncian, entonces esto queda registrado, lo cual no quiere decir que no pase en todas las clases sociales. Es decir, el patriarcado no habilita a los varones a abusar de las niñas, sea del nivel social que sea, sino que muestra que solo se conocen los casos de gente humilde que acuden a los servicios públicos.

Eso hace que se genere un prejuicio una cuestión de que pasa a las chicas pobres, nosotras estuvimos en el norte, en la provincia de Santa Fe (Argentina), trabajando un caso de estos y los defensores públicos, los funcionarios nos decían bueno, pero es frecuente en las villas miseria que pase eso, también puede decir que es frecuente en los indígenas. Entonces, no es que sea frecuente entre las indígenas o entre las niñas pobres, es que se conocen más de esos casos, nosotras ahí tenemos que desarticular esa narrativa porque hace que se estigmatice más a las niñas pobres, las niñas indígenas y las niñas afro, no es que sean o promiscuas o que les guste o que se dé más en esa población, se da en todas las poblaciones, lo que pasa es que no lo pueden disimular con un médico privado y después un psicólogo, no se soluciona, además esas niñas clase media o alta pueden acceder a la interrupción del embarazo de manera privada y las niñas pobres no.

Hay países en los que está totalmente prohibido como El Salvador, Honduras y hay otros países donde se les pone un montón de trabas: se le pone gente a lado que les asesora para que tenga al chico, para que lo den en adopción, como si no fuera nada maltratar ese cuerpo durante 9 meses, es decir un cuerpo que no está preparado para llevar adelante un embarazo.

  1. ¿Por qué se considera tortura al embarazo infantil?

Nosotras no en todos los casos lo calificamos como tortura, suponete que una niña de 14 años tiene una parejita de 16 donde tiene una relación amorosa, pareja y quieren tener un hijo, ese embarazo probablemente le traiga algunos problemas físicos, pero no sería tortura.

En el caso de que una niña de 9 años o de 10 años como le pasó en la provincia de Tucumán (Argentina), queden embarazadas porque han sido violadas por el padre y con ese cuerpito que no llega al metro treinta, tenga que llevar adelante una panza de 9 kilos y que no sepa ni siquiera qué les está pasando y que estén obligas a dejar la escuela, cuando llegan al hospital le dijeron que tienen que ser madres, cuando ellas ni siquiera quieren ser madres y no dejaron de jugar todavía. En este caso una presión social, de la corporación médica y la corporación religiosa sobre estas niñas, que equivale a tortura, están sometiendo a su cuerpo y a esa niña a dejar la infancia de una vez y para siempre y obligarlas a ser madres de una vez y para siempre. Y entonces ese tipo de presiones de parte del Estado, de parte de otras corporaciones que el Estado no impide o el Estado debería poner ahí un balance y una protección, no lo hace, y esa presión sobre esa niña, sobre ese cuerpo para que ella sea un medio para otro fin más allá, es tortura.

Nadie puede ser utilizado como un objeto o un medio para otros fines que no son de ellas, esto es trato cruel, inhumano y degradante, no es una invención del CLADEM, lo ha dicho el Comité de los Derechos Humanos, en el caso Karen Llantoy contra Perú, en el caso MRN contra Argentina, lo ha dicho también en otras series de casos, lo dicen en la recomendación general 28 cuando analiza el artículo 7 de no sufrir tortura ni trato cruel, inhumano ni degradante como derecho civil y político que también debe considerarse.

Todo el impedimento que ponen a las mujeres para cumplir sus metas reproductivas como trato cruel, inhumano y degradante que es una forma de maltrato y tortura, no es que digamos solo nosotras, lo que hacemos es mirar con ojos descarnados una realidad que hasta ahora ha sido totalmente naturalizada, invisibilizada y decirle -oigan, no solo es tortura cuando, por ejemplo, la policía te golpea porque estas preso o te quieren sacar información-.

Esto que nos pasan a nosotras y nos obligan a llevar por 9 meses, abusar de nuestro cuerpo para crear a otro ser humano y que solo le pasa las mujeres, esto, también es tortura.

Llamar la atención de la gente sobre un hecho que hasta este momento estaba naturalizado y además para nosotras es un embarazo forzado, si no le permiten interrumpirlo, esto ha sido considerado crimen de guerra y crimen de lesa humanidad por parte del Estatuto de Roma, cuando se le hace a una mujer en el marco de un conflicto armado. Ahora en tiempos de paz para una niña, no es menos grave quedar embarazada a la fuerza, nadie toma en cuenta que son 9 meses que tu cuerpo sirve para crear otro ser y después toda una vida marcada por eso. Tengas al hijo o lo dejen en adopción, tu vida se va quedar marcada para siempre, con la carga de tener que crear a una criatura cuando vos también sos una criatura o con la culpa de haberlo dado en adopción, porque la culpa te va a seguir, hay programas de televisión que habla de gente que busca gente, donde tipos de 30 años están buscando a las madres que le dieron en adopción y la quieren conocer, hay toda una culpa relacionada con eso y tenemos miles telenovelas latinoamericanas que nos han formado en esa culpa y lo han reforzado. Entonces, no es que nosotras hacemos es ponerlo arriba de la mesa, es decir, hacer lo visible.

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  1. ¿Cómo se podría desnaturalizar, eliminar el tabú, la estigmatización entorno al embarazo infantil para que el  Estado realmente defina políticas públicas más justas y más equitativas desde un enfoque del género?

Nosotras tenemos que pedir a todos los Estados que nos den números de embarazos infantiles y vamos a tener cifras que nos van a aterrar, cuando nosotras conocimos de Bolivia, yo casi me caigo de espaldas, porque solo el número de embarazos eran aproximadamente 13 mil por año; Argentina tiene 3 mil por año y tiene 44 millones de personas; Bolivia no llega a 10 millones y tiene 13 mil niñas embarazadas; Colombia tiene 6 mil por año y tiene 40 millones de habitantes. Entonces las cifras de Bolivia son aterradoras, eso tiene que llamar la atención, ahí hay carencias, el Estado tiene que tener una alerta sobre eso y decir -bueno a ver qué está fallando acá-, está naturalizado.

Las niñas tienen que estudiar, tienen que terminar la secundaria para poder tener un empleo porque dentro de poco hasta para ser repositora en un supermercado, cambiar las cosas en el estante vamos a tener que tener un título secundario, entonces una niña que no lo tiene, no se pudo educar y tiene que criar hijos que a la vez probablemente sean pobres porque no va tener un empleo más o menos decente, entonces va a criar niños pobres que también van a multiplicar la pobreza, son círculos de pobreza que se multiplican. Sobre todo, tienen que tomar medidas con respecto a esto, una alerta que le exija cambiar las políticas públicas, ahí ha fallado la educación sexual integral, las niñas no han recibido educación sexual, si querían tener relaciones sexuales no han sabido cómo garantizar que no se reprozcan, digamos que no se embarazaban o sea que no han tenido acceso a anticonceptivos o no han sabido cómo usarlos o no les han explicado lo importante que es completar un ciclo educativo, ahí falló el Estado en muchísimos aspectos, entonces queda el tema en silencio, las cosas se reproducen y se vuelven a reproducir eternamente, nosotras vamos a cortar ese círculo y a exigir, en primer lugar la educación sexual integral y después acceso a anticonceptivos de calidad y para todo el mundo en servicios para niñas y adolescentes que sean seguros, confidenciales, de nivel científico y de calidad, luego si es que ellas lo desean también al acceso de interrupción de embarazos, si es que han llegado al embarazo.

  1. Nos has hablado de las políticas de protección ¿Qué pasa en el ámbito judicial cuando la niña va a acceder o inicia un proceso judicial, ¿cómo se puede prevenir la revictimización, la violencia institucional en caso de niñas abusadas?

Tenemos un problema muy grave con el sistema de justicia, en general desde el Comité de Expertas en violencia de UEA, hemos tratado de revisar la impunidad y en nuestros países se tiene un índice altísimo de impunidad en todo lo relacionado con violencia sexual, tenemos algunos problemas graves que se siguen repitiendo a lo largo de los siglos como por ejemplo, la víctima que denuncia termina siendo la culpable y hemos escuchado dentro de los tribunales algunas cosas tan absurdas como por ejemplo que un violador de una niña de tres años diga ella me buscó; como esta otra tenía 12 años, pero tenía el cuerpo de una chica de 16; no le voy a pedir el certificado y el problema no es tanto lo que digan los abusadores sino que los jueces los creen, tenemos jueces formados en una currícula patriarcal, no se ha reformado la currícula de las universidades, en las facultades de derecho, no se ha cambiado la forma en que se educan a los abogados y esos abogados el día de mañana son jueces, fiscales y defensores y repiten los mismos códigos patriarcales, los mismo prejuicios, los mismos estereotipos discriminatorios y eso nos conduce a que en algunos países de cada 100 denuncias solo 3 lleguen a la sentencia y 1,9 sean condenatorias, eso es una cifra de Argentina para casos de violencia sexual, en el caso de abuso sexual infantil es una peor, porque en muchos casos las niñas expulsadas de la familia no se llega ni siquiera directamente a realizar o lo tapan dentro de la familia.

Hay un estudio muy interesante de una antropóloga brasileña que estudió el abuso sexual incestuoso y que había estudiado a cincuenta y picos de familias incestuosos de la ciudad de San Pablo y mostró que la mayoría de las niñas abusadas dentro del hogar habían sido expulsadas a la calle, para sobrevivir recurrieron a la prostitución. Hay todo un camino que hay que seguir, por un lado falta el acceso a la justicia, hay una falla grandísima de la justicia; por otro lado las fallas adentro de la familia y también hay un problema grave en la cultura que es que la culpa la tiene la víctima, el estigma del abuso cae sobre la victima que termina siendo la culpable en estos casos, incluso cuando denuncian, ahora el movimiento este #Me Too (yo también) que están denunciando todo lo que es acoso sexual o la denuncia sexual. Es un movimiento muy importante que está rompiendo una barrera que los abusadores creían que era intocable, la barrera de silencio, la gente está hablando y eso aterra a los abusadores, a todos los acosadores, en el trabajo, en las escuelas, en las familias porque tienen miedo de que o ahora o dentro de 10 años la víctima hable. A mí me parece que es un movimiento muy importante que hay que apoyar, que hay que acompañar, porque está significando el fin de la era del silencio y me parece que por ahí va la cuestión.

  1. En América latina y el Caribe hay casos que han sido ejemplos de la lucha social por la presión a los Estados que se reconozcan estos marcos de derechos. ¿Hay algún paso que pueda significar una victoria en esta lucha?

Nosotras conseguimos en la Argentina, en la provincia de Santa Fe, un protocolo para atender a las niñas que tienen embarazos infantiles, les explicamos a los funcionarios que no es lo mismo atender a un embarazo adolescente que el embarazo infantil. Que no es lo mismo una niña de 17 años que una de 10 años, y que ellos necesitaban un protocolo específico y ese protocolo lo hemos conseguido, hicimos una presentación del balance de las niñas madres e invitamos a las autoridades de salud, fueron sensibilizadas y después hicieron un borrador de protocolo y nos lo mostraron para ver si estábamos de acuerdo.

También estamos consiguiendo datos en casi todos los países de partos de niñas hasta de 14 años incluidos, a mí, me parece que eso son avances importantes que hay que tener en cuenta.

  1. Comentarios sobre la interrupción de los proyectos de vida o vidas robadas de estas niñas que son abusadas

Tenemos que tener en cuenta que la maternidad es algo muy bello, muy lindo y tierno cuando es deseada, es muy lindo vivir la maternidad, yo soy madre de tres hijos, los adoro y quisiera que todo el mundo pueda elegir cuándo ser madre, cómo ser madre y que ese evento tan importante en la vida no se adelante, que no se obligue a una niñita, que no ha dejado de ser niña y que tiene que disfrutar de su infancia, no se le obligue a cargar con la responsabilidad maternal, la tarea de maternar es muy bella cuando es elegida, pero puede ser una tortura cuando es impuesta y nosotros tenemos que terminar con este tipo de cultura en América Latina y el Caribe de obligar a las mujeres a ser las incubadoras y más aun a las niñas que no tienen ni los recursos, ni físicos, ni psíquicos, ni simbólicos como para enfrontar una tarea tan importante.

  1. En relación al resto del planeta, esta lucha que es internacional. ¿Cómo nos ubicamos como región?

Acá hay una diferencia con otros continentes, en África y Asia, por ejemplo, los embarazos infantiles se deben a matrimonios infantiles, que son también dolorosos y tristes para las niñas, pero siguen otro tipo de normas sociales. En nuestra región, en América latina y el Caribe la mayoría de los casos de embarazos infantiles son debidos a violencia sexual, entonces ahí, tenemos dos problemas: el de la violencia y el del consecuente embarazo. Me parece que tenemos que abordarlos en conjunto y por separados, son dos grandes problemas y hay que abordarlo.

Le invitamos a escuchar la entrevista completa en el siguiente enlace:

Entrevista: ALER

Transcripción y nota: Moisés Pallo