Diversos estudios científicos realizados por universidades, centros especializados y organizaciones, como las Naciones Unidas muestran evidencias que la contaminación creciente, la tala indiscriminada de árboles, la contaminación de mares, ríos, fuentes de agua producto de las actividades industriales, como por ejemplo las mineras; están alterando el clima, calentando el planeta y acelerando cambios como el derretimiento de los glaciares y los deshielos de los nevados por citar un fenómeno.
Y si el clima cambia, el clima se mueve, las personas también, las personas migran. No por voluntad propia sino porque la «avalancha» ha destruido sus casas y, en aquel lugar, ya no pueden vivir. Ellos son, las nuevas personas migrantes climáticas.
Conversamos con Lina Cahuasquí de la Organización Migrantes, Refugiados y desplazados – MIREDES Internacional.