Casi 60 mil personas han sido rescatadas en el Mediterráneo central entre 2015 y 2018, ellas abordan “pateras”, que son botes inflables no preparadas para el cruce del mar. Se estima que por cada persona rescatada, 18 mueren ahogadas. Las condiciones de este cruce son muy peligrosas porque existen mafias, se tienen que enfrentar a políticas racistas y discriminatorias, a las inclemencias del clima (tormentas, lluvia, sol), estar sin alimentos y completamente a la deriva. Las personas proceden en su mayoría de África y Oriente y buscan un futuro posible en las costas europeas. Arriesgar la vida en estas “pateras” es una demostración de que lo que dejan atrás siempre será mucho peor que la incertidumbre de morir.
“Open Arms” o “brazos abiertos”, es una iniciativa no gubernamental que rescata voluntariamente a las personas que se encuentran en el mar, y en diálogo con los gobiernos procuran atracar en los puertos seguros como medida humanitaria. Existe una campaña en su contra, ya que se les acusan de ser puentes para una “migración irregular”, pero como señalan sus integrantes “cuando ves una persona en el mar, sólo hay dos opciones, se salva una vida o se calla una muerte”.
En exclusiva, nuestra compañera María Cianci Bastidas de la Coordinación General entrevistó a Riccardo Gatti, capitán de una embarcación rescatista que se encuentra actualmente en el mar mediterráneo.