El 5 de noviembre pasado, se conmemoraron los tres años del crimen socio-ambiental que destruyó el río Doce, en Mariana, Minas Gerais, cuando la rotura de una represa de la empresa minera Samarco, propiedad de la brasileña Vale y de la anglo-australiana BHP Billiton, liberó 55 millones de metros cúbicos de lodo y desechos de mineral de hierro que contaminaron a más de 800 kilómetros del río Doce.
Tres años después, el Movimiento de las personas Afectadas por la Represa (MAB), sigue denunciando la impunidad de este crimen que causó la muerte de 19 personas y afectó la vida de un millón de habitantes.
Varios encuentros de mujeres y niños afectados por el crimen, tuvieron lugar el 4 y 5 de noviembre 2018 para pedir el reconocimiento de todas las víctimas así como la reconstrucción de las casas e infraestructuras destruidas hace tres años.
La fundación Renova, creada por la empresa minera para responder a los daños provocados por este derrame, aun no propone soluciones efectivas para mejorar la vida de las víctimas.
Estos grupos de mujeres y de niños del MAB han estado recorriendo las varias comunidades afectadas, creando espacios de diálogo y compartiendo sus experiencias.
Tchenna Maso, miembro del MAB, dijo “Uno de los elementos importantes es el caso de la situación laboral de las mujeres, que no están siendo reconocidas de manera autónoma en el pago de las indemnizaciones, así como es el caso de el trabajo informal, como la artesanía. El segundo aspecto importante para la gente es él del agua y de la calidad del agua de abastecimiento. Municipios como los de Bajo Guando y Colatina son abastecidos completamente por el agua del Rio Doce y hasta el día de hoy, las familias no tienen seguridad en cuanto a la calidad del agua que están tomando. Hay días que el agua sale con barro, otros que no. En el caso de Colatina, es una ciudad que estuvo 5 días sin abastecimiento en agua y hasta el día de hoy las familias no han sido indemnizadas en cuanto a esta situación. Otro de los aspectos importantes para nosotros es la cuestión de la salud. Se han registrado y existen varios índices de alta contaminación de níquel, alergias, enfermedades de piel y problemas gástricos que podrían estar vinculado con este crimen ambiental.”
El Comité por los Derechos Humanos en América Latina (CDHAL), así como varias organizaciones aliadas, expresan su solidaridad con el Movimiento de las Personas Afectadas por la Represa y denuncian la impunidad en este caso.
Yomeylis Astacio del Comité por los Derechos Humanos en América Latina nos informa:
Fotos: Reuters