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El territorio indígena de Lomerío, mayoritariamente Monkosh se encuentra entre lomas que forman una zona de transición entre el bosque tropical lluvioso de la Amazonía y el Gran Chaco, es decir, este espacio chiquitano sigue la dirección Santa Cruz – Corumbá en Brasil y tiene límites fronterizos con tres ríos Paraguay, Grande e Iténez.

Es el primer municipio indígena de Bolivia, solo tiene un centro de salud construido hace más de 40 años con recursos de la Iglesia Católica. Como municipio no genera sus propios ingresos, porque ningún habitante paga, ni cobra impuestos, ya que cada habitante es propietario/a de todo el territorio, lo que se conoce como Tierra Comunitaria de Origen (TCO), es decir una propiedad colectiva siendo todas las personas dueñas del suelo que pisan. 

Desde el principio de la pandemia y con la 5ta ola de coronavirus, en esta experiencia de gestión territorial, se manifiesta la recuperación de saberes ancestrales, a través de la medicina tradicional. La planta conocida como kutuki se utiliza para preparar un brebaje con fuerte sabor, que a veces suavizan con alcohol, miel o limón. El kutuki se utilizaba comúnmente para combatir enfermedades respiratorias y resfriados, pero desde que apareció el COVID, le utilizan para prevenir y tratarlo.

La forma de preparación es heredada en las familias, tiene sus variantes, puede ser hervido o con maceración, la combinan con otras yerbas como la corteza de copaibo, matico y sepe manca. Recomiendan armonizar y combinar con las medidas preventivas y de vacunación que sugieren las políticas de salud.

En Lomerío quieren presentar ante la alcaldía la propuesta de declarar al Kutuki, patrimonio cultural del municipio, al tiempo que se permita las permisologías para su distribución masiva, aun sabiendo que se enfrentan a intereses económicos de las farmacéuticas.

Declaraciones de sanadores comunitarios, Mariano Choré e Ignacio Chuvé, con testimonios de Ángel Sumami Parapaino, alcalde de Lomerío.

Producción: Julio Rodríguez, IRFA Santa Cruz – Bolivia; María Cianci Bastidas, Coordinación General ALER

Enlace para descargar:
Reproductor de Audio:

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El territorio indígena de Lomerío, mayoritariamente Monkosh se encuentra entre lomas que forman una zona de transición entre el bosque tropical lluvioso de la Amazonía y el Gran Chaco, es decir, este espacio chiquitano sigue la dirección Santa Cruz – Corumbá en Brasil y tiene límites fronterizos con tres ríos Paraguay, Grande e Iténez.

Es el primer municipio indígena de Bolivia, solo tiene un centro de salud construido hace más de 40 años con recursos de la Iglesia Católica. Como municipio no genera sus propios ingresos, porque ningún habitante paga, ni cobra impuestos, ya que cada habitante es propietario/a de todo el territorio, lo que se conoce como Tierra Comunitaria de Origen (TCO), es decir una propiedad colectiva siendo todas las personas dueñas del suelo que pisan. 

Desde el principio de la pandemia y con la 5ta ola de coronavirus, en esta experiencia de gestión territorial, se manifiesta la recuperación de saberes ancestrales, a través de la medicina tradicional. La planta conocida como kutuki se utiliza para preparar un brebaje con fuerte sabor, que a veces suavizan con alcohol, miel o limón. El kutuki se utilizaba comúnmente para combatir enfermedades respiratorias y resfriados, pero desde que apareció el COVID, le utilizan para prevenir y tratarlo.

La forma de preparación es heredada en las familias, tiene sus variantes, puede ser hervido o con maceración, la combinan con otras yerbas como la corteza de copaibo, matico y sepe manca. Recomiendan armonizar y combinar con las medidas preventivas y de vacunación que sugieren las políticas de salud.

En Lomerío quieren presentar ante la alcaldía la propuesta de declarar al Kutuki, patrimonio cultural del municipio, al tiempo que se permita las permisologías para su distribución masiva, aun sabiendo que se enfrentan a intereses económicos de las farmacéuticas.

Declaraciones de sanadores comunitarios, Mariano Choré e Ignacio Chuvé, con testimonios de Ángel Sumami Parapaino, alcalde de Lomerío.

Producción: Julio Rodríguez, IRFA Santa Cruz – Bolivia; María Cianci Bastidas, Coordinación General ALER

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