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“Se oferta humo, se compran vidas» es la nueva producción de ALER y la Fundación Rosa Luxemburg – Oficina Región Andina, que problematiza el contexto actual de América Latina y El Caribe, donde se van afianzando discursos conservadores funcionales al retroceso de derechos.

El seriado radiofónico desmonta los discursos que se instalan en los imaginarios colectivos por el sistema capitalista -y de su expresión en el neoliberalismo- en nuestro continente y evidencia como se van generando procesos de retrocesos en derechos de los pueblos. Pero no se queda en la denuncia, también evidencia experiencias que van construyendo alternativas y resistencias. Consta de 03 reportajes que se detallan a continuación:

Capítulo 1: ¿Cada quién con lo suyo?

Mirar solo lo propio, la propia familia, la propia nación en desmedro de lo colectivo, de los bienes colectivos o comunes, de las diversidades es uno de los valores propios del capitalismo, que apuesta más por la competitividad que por la solidaridad. Al afianzarse este discurso se facilita condiciones como que derechos como al territorio, a migrar o a la integración de los pueblos puedan ser reducidos o no reconocidos. Sin embargo desde diferentes puntos del continente se escuchan voces colectivas y comunitarias que salen a las calles a luchar por sus derechos.

 

Capítulo 2: Aproveche la ganga

El discurso de ligar el “desarrollo” de los pueblos a la inversión privada estuvo presente en nuestro continente en los 90s, pero se retoma con más fuerza en estos últimos años. Es decir “hacer todo lo posible para que el sector empresarial venga a nuestros países a invertir en la economía” y generar ciertas medidas impositivas conforman la “gran receta”. En consecuencia, lograr ser “elegibles” para las grandes empresas implica “sacrificar derechos” como los laborales, a la soberanía alimentaria o a la tierra. 

 

Capítulo 3: Un Estado a precio de gallina flaca

Los discursos de ineficiencia y corrupción del Estado suelen ser funcionales a su achicamiento. Si bien es necesario denunciar y sancionar los actos de corrupción e ineficiencia; el discurso está instalado en el sentido común y va más allá de sanciones específicas, porque genera un descontento e incredulidad en la población que prefiere que los servicios de salud y educación sean prestados por privados y no por el Estado, afectado así derechos fundamentales como estos.