En Honduras ya pasaron 6 meses del crimen de Berta Cáceres y las autoridades sigue sin buscar a los autores intelectuales.
Ella era la lidereza del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) y fue asesinada por defender los bienes comunes y enfrentarse a las empresas hidroeléctricas que ponen en riego la vida del pueblo indígena lenca.
Por ahora sólo hay detenidos por la autoría material del asesinato pero no se avanzó hacia los que planearon y ordenaron el crimen. En declaraciones a Radio Progreso y a Aler el dirigente del Copinh, Gaspar Sánchez, dijo que “es preocupante” que la pesquisa se reduzca a “los actores materiales”. Sánchez aseguró que “a los intelectuales no los van a investigar porque no van a llegar hasta ahí”. El dirigente afirmó que “en el proyecto Agua Zarca, la familia Atala, que es una de las familias que tiene mucho poder en Honduras y en centroamérica, son los que tienen inversión ahí y sabemos que el Ministerio Público no va a llegar hasta ahí”.
Los luchadores como Berta Cáceres siguen sufriendo como ella, la persecusión y las amenazas por enfrentar a las grandes empresas.
En el Contacto Sur vespertino de hoy, producido por Radio Progreso, reafirmamos la convicción de que Berta no murió sino que se multiplicó
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