La agricultura en América Latina y el Caribe enfrenta un reto decisivo: alimentar a millones de personas sin agravar la crisis climática. Aunque el sector genera el 15% del empleo en la región y contribuye de manera significativa a las exportaciones mundiales, también es responsable de pérdida de biodiversidad, contaminación del suelo y del agua, además de ser uno de los principales factores de emisión de gases de efecto invernadero. Según la FAO, más de una cuarta parte de la población regional no puede acceder a una dieta saludable, y las mujeres y comunidades rurales son quienes más sufren la inseguridad alimentaria.
En entrevista para el programa Voces sobre la mesa, Galgani Fonseca, representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Ecuador, destacó la importancia de reconocer el papel fundamental de la agricultura familiar campesina. “Las familias campesinas terminan subsidiando la vida urbana, mientras los territorios rurales enfrentan la presión del crecimiento de las ciudades”, advirtió, subrayando la urgencia de una planificación territorial con justicia social.
Producción: Ingrid Burgos/Alexander Medina/Isabel Gómez ALER.
 
					