En entrevista para Contacto Sur, Altube explicó que esta economía se manifiesta en las calles, con los llamados “buhoneros”, pero también en el entorno digital, con emprendedores que venden productos o servicios sin cumplir con los deberes fiscales ni pertenecer al circuito formal. “En Venezuela, muchos trabajan por necesidad, no por vocación emprendedora. El salario mínimo no cubre ni el 10% de la canasta básica”, indicó el especialista.
A pesar de estas dificultades, Altube reconoce que el auge del emprendimiento ha sido una respuesta creativa y en muchos casos efectiva a la crisis. Algunos negocios han logrado consolidarse, formalizarse e incluso generar empleo. Sin embargo, advierte que no todo lo que se llama emprendimiento lo es: “Recomprar productos para revenderlos sin agregar valor no siempre es emprender. Falta educación sobre qué significa realmente emprender y cómo dar el salto a la formalidad”.
Para avanzar hacia un modelo más sostenible, Altube plantea la necesidad de políticas públicas claras, acceso a créditos, formación técnica y menos trabas para registrar negocios. “El Estado debe facilitar la creación de empresas reales y dejar de depender únicamente del sector informal para sostener la economía. Sólo así se logrará una verdadera transformación productiva en Venezuela”, concluyó.