En Panamá, la Cuarta Línea de transmisión Eléctrica es una megaobra impulsada por Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A. (ETESA), sobre el istmo panameño. Específicamente se extiende a lo largo de la costa atlántica de Panamá, desde Chiriquí Grande (Provincia de Bocas del Toro) hacia el este del país (Región capitalina), cuyo financiamiento es realizado por la Corporación Financiera Internacional (IFC), brazo privado del Banco Mundial.Esta iniciativa energética tendrá doble circuito aislada en 500 kV, con 300 kilómetros y aproximadamente 800 torres de alta tensión con dos subestaciones, una en la provincia de Bocas del Toro denominada Subestación Chiriquí Grande y una en la Provincia de Panamá, denominada Subestación Panamá III, la cual forma parte del Plan de Expansión del Sistema Interconectado Nacional (PESIN), aprobado por la Autoridad de los Servicios Públicos (ASEP) de Panamá.
El colectivo expresó en un comunicado, en el marco de una asamblea regional indígena, su total rechazo a la construcción de la cuarta línea de transmisión eléctrica. Uno de los argumentos subrayados es que la megaobra es un proyecto inconsulto e impuesto, ignorando el consentimiento libre, previo e informado y la autodeterminación de los pueblos originarios en estos sitios.