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El Fenómeno del Niño, también conocido como El Niño-Southern Oscillation (ENSO) en términos meteorológicos, se origina en el Océano Pacífico tropical y se caracteriza por un calentamiento anormal de las aguas superficiales del océano. Esto provoca cambios en los patrones climáticos y atmosféricos a nivel global. El fenómeno puede durar varios meses, alcanzando su máxima intensidad cerca de finales de año.

Las afectaciones potenciales en América Latina y el Caribe son varias. Sin embargo, entre las consecuencias que se registraron en periodos anteriores, están la alteración de los efectos de las corrientes de Humboldt, la pérdida pesquera en ciertas especies e incremento en otras, generación de fuertes precipitaciones y pérdidas agrícolas.

La Organización Mundial Meteorológica (OMM), mediante un comunicado de prensa, explicó que “por primera vez en siete años, en el Pacífico tropical imperan condiciones características de El Niño, que pueden propiciar que se incrementen las temperaturas mundiales y se generen unos patrones meteorológicos y climáticos perjudiciales”.

Los países en la región fueron alertados para preparar planes de contingencia ante posibles desastres naturales. En Ecuador se prevé que 17 provincias, de la Costa y Sierra, se verán afectadas por el paso del fenómeno del Niño. Sin embargo, en mayor parte de la Amazonía el impacto no será grave.

En el Contacto Sur Vespertino de hoy, Jimmy Marcillo, Coordinador Zonal 1 de la Secretaría de Gestión de Riesgos – Ecuador, analiza el tema.

Producción: Víctor Gómez Barragán Radio Sucumbíos, Ecuador – Coordinación General ALER.

Fotografía: Twitter / Patricio Valderrama-Murillo @patriciov


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Medio Ambiente

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Emisión Vespertina 24-07-2023