Skip to main content

2020-10-20

Fotos-de-Daniela-Anomar-Chile-Santiago-29-de-oct-201928102019-IMG_5289-4-720x480.jpg

Entrevista colectiva que debate el tema Jóvenes y derecho humano a la Educación. Contamos con las reflexiones de Jazmín Elena desde El Salvador, Laura Victoria Meyer desde Colombia y Carlos Noveroy desde Chile, quienes participan de varias iniciativas de diálogo con jóvenes de Abya Yala.

La XI Asamblea Regional de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) tiene como tema central el Derecho Humano a la Educación: horizontes y sentidos en la post pandemia, y se llevará a cabo del 13 de octubre al 26 de noviembre de 2020.

En la crisis sanitaria actual, desde los debates que han impulsado en Movimiento Estudiantil de Latinoamérica y el Caribe (MELAC), ¿Cuáles son las demandas más urgentes para garantizar el Derecho Humano a la Educación?

Laura Victoria Meyer (Colombia): Ahora lo urgente es la Matrícula Cero Ya en la Universidades Públicas y también ayudas financieras para quienes estudian en las universidades privadas. Porque con la pandemia muchas personas han perdido sus empleos. La educación, con todo el negocio que ha sido históricamente, mucha gente ya no se lo puede «permitir», si es que se habla en términos mercantiles. Es imperioso que los Estados y los gobiernos den esos apoyos financieros y en las Universidades Públicas, sobre todo, eliminen el costo de la matrícula.

Carlos Noveroy (Chile): Estoy totalmente de acuerdo con lo que plantea Laura y quisiera agregar dos elementos. En primer lugar, hay que entender que la educación, tanto en Chile como en América Latina se ha concebido históricamente como negocio, en algunos países con mayor profundidad y en otros con menos, pero de todas formas existe una lógica generalizada en torno a la mercantilización y la lógica neoliberal. Sería interesante buscar la forma para asegurar el Derecho a la Educación pública y de eliminar el modelo neoliberal dentro de la educación. No solamente dentro de la educación sino en relación al conjunto de los derechos sociales, que deberían ser para la gente, las y los trabajadores y el pueblo en su conjunto.

Por otro lado, lamentablemente, cuando hablamos del Derecho a la Educación también hay que hacerlo respecto al conjunto de la sociedad. Al menos en Chile se ha visibilizado un proceso de movilización importante, no solamente en pos de la educación sino en pos de todos los derechos sociales y ha existido una constante represión y criminalización hacia los estudiantes, hacia las y los jóvenes, por movilizarse y exigir dignidad para el pueblo.

De hecho, hace un par de semanas atrás, hubo distintas universidades, entre ellas la mía, la Universidad de Concepción de Chile, que colabora en este caso con la Policía de Investigaciones para entregar a la «Justicia» a estudiantes que se movilizan para lograr distintas mejoras para la sociedad.

Entonces es importante eliminar la lógica mercantil, la lógica represiva dentro de la educación y asegurar democracia interna al interior de las casas de estudio y que la educación sea bajo el control de las comunidades.

Jazmín Elena (El Salvador): Yo creo que las demandas por el Derecho Humano a la Educación son diversas. Principalmente el tema del acceso. En Centroamérica el tema económico es grave por muchos años y ahora, en el período de pandemia se ha agravado muchísimo. El Triángulo Norte se ha visto mayormente afectado porque no tiene las mismas condiciones económicas como para sobrellevar las problemáticas que atraviesan los países.

En el caso de El Salvador, el tema del acceso es un tema en debate, porque sabemos que no todas y todos pueden acceder a una educación de calidad, que el Estado debería de garantizar, pero no se ven los resultados en esta área. Como ya dijeron, los efectos de la mercantilización educativa se hacen sentir no solo a nivel de educación básica, media, bachillerato sino también a nivel universitario.

Otra área es el tema de la seguridad. En El Salvador se han dado muchos casos cada año de violentación de Derechos Humanos a niñas y niños y esto es por efecto de la violencia social que hay en el país. A tal punto, que a veces hasta las personas que deberían cuidarnos, personal de seguridad, se han visto involucradas en detenciones arbitrarias a estudiantes El mismo seguimiento que hacen por pensar que uno, por ser joven, ya es sospechoso. Tenemos que pararnos y ver lo que está sucediendo, quiénes deben cuidarnos y de quienes deben cuidarnos.

Por otro lado, el hecho de privatizar la educación es algo que acá en el país se dice por «bajo de cortinas» -si es que puede decir de esa forma- porque se están deteniendo procesos educativos públicos que ya se venían trabajando.

Quizás mencionar el hecho de que las jóvenes y adolescentes que cursan su bachillerato, tienen que hacer el examen Prueba de Aprendizaje y Aptitudes para Egresados de Educación Media (PAES), una prueba de aprendizajes que se hace todos los años. Es alarmante porque este año no se va a hacer. No se va a tener una media de qué es lo que han aprendido estas personas, estos adolescentes en este período de pandemia y en su proceso de formación educativa pública. Sobre esto quisiéramos llamar la atención y creo que muchos países que atraviesan estos mismos problemas, acerca de los cuales sería bueno debatir.

¿Qué no podría estar fuera de la agenda educativa en esto que se llama «la nueva normalidad»?

Carlos: Hay urgencias inmediatas y algunos elementos un poco más de mediano o largo plazo. La universidad y los distintos establecimientos que entregan educación han optado en su mayoría por la modalidad online. Si bien algunos dicen que es una modalidad positiva en el sentido que efectivamente asegura el Derecho a la Educación en este tiempo de pandemia, lamentablemente la educación en línea ha dejado mucho que desear, al menos en mi país e imagino que también en los demás países de América Latina, en torno al aumento de una importante brecha social.

Las y los estudiantes que tienen mayor poder adquisitivo, que tienen familias más acomodadas pueden recibir una mejor educación. En cambio, el conjunto de las personas que son más pobres y que están más precarizados y precarizadas, nos vemos directamente afectados por esta modalidad online. Ahí hay un tema a resolver.

Yo creo que esto pasa porque no existe vinculación con la comunidad educativa y tampoco existe la voluntad por parte de los gobiernos para que el derecho a la educación se vincule a la comunidad educativa y que ésta asuma el control de su educación, evidentemente articulada y financiada por el Estado. Un elemento indispensable tiene que ver con sacar el modelo neoliberal, sacar la lógica del negocio de la educación. Hay un montón de universidades en Chile que están haciendo mucho negocio con la educación en línea, siendo que es un derecho social que debería estar garantizado.

Por otro lado, una temática importante es el de la salud mental. Hoy en día existe una sobrecarga académica importante hacia el conjunto de los estudiantes, lo que repercute en la salud mental, sumado al contexto de pandemia donde además hay sectores que pasan hambre, donde muchos estudiantes y jóvenes no tienen posibilidad de una vida laboral con la cual subsistir mientras estudian.

El problema no tiene que ver solamente con elementos coyunturales sino de largo plazo, por lo que hay que repensar el modelo social, hacia una sociedad más justa, igualitaria, donde efectivamente los más ricos y poderosos no tengan la capacidad de decidir por todo el resto. Para asegurar el derecho a la educación pública y el conjunto de derechos de la sociedad, hay que eliminar el neoliberalismo.

Jazmín: Es importante tocar el tema de la brecha digital, eso ha sido un factor determinante en este 2020. Muchos de los países se enfrentaron a esta problemática y no es solo porque no se tengan los equipos, sino como se utiliza el equipo adecuadamente para poder recibir las clases virtualmente.

La contraparte es cuando nos referimos a la diferencia entre los sectores urbanos y rurales. Se ve una clara brecha por el hecho de que no hay señal a internet o telefonía. ¿Cómo hacen las niñas y niños para seguirse formando si no tienen esta señal?

Los ministerios de Educación en este momento deberían pensar estrategias, hacer reformas educativas que sean convenientes para estas áreas. En El Salvador, el gran problema es que la última reforma educativa se hizo en los ’90. Esto ya indica por qué lado va la educación en pleno 2020, cuando las tecnologías avanzan constantemente y se siguen modificando. Es preciso reducir la brecha digital.

Laura: Dos cosas. La primera, siento que se deben analizar las estructuras internas dentro de los centros educativos en cuanto a las relaciones de poder que se ejercen. Se necesita repensar la educación desde nuestros propios valores como la empatía y la solidaridad. Los docentes y las instituciones piensan que las condiciones de todos los estudiantes son iguales y pretenden exigir el mismo rendimiento académico de todas las personas, cuando las condiciones no son las mismas. A un nivel más estatal, es indispensable la responsabilidad del gobierno en la garantía de los derechos humanos y el derecho a la educación.

Si cruzáramos el derecho a la participación con el derecho a la educación ¿Cual es la percepción que tienen ustedes en relación a la participación de los jóvenes? ¿Qué reflexiones podrían compartirnos?

Jazmín: La participación juvenil se ha visto más reducida que lo que ya estaba. Todos y todas nos queremos cuidar por el tema del COVID-19, pero no se han detenido procesos que tienen mucho que decir en este momento. En El Salvador se cuenta con el Consejo Nacional de la Persona Joven y en este están involucradas organizaciones sociales juveniles del país, incluso redes que están relacionadas con el arte, la cultura. En este período se vivió un proceso extraño, en el que las elecciones y la persona designada no lo fue de forma democrática y transparente. Se denunció eso en la Asamblea Legislativa. Eso habla de la falta de participación. El no poder manifestarse de la forma en la que uno quisiera y decir «¡esto está mal!”.

La última manifestación juvenil fue el 8 de Marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, con todas las demandas que una tiene respecto a la garantía de Derechos hacia las mujeres. Una contradicción es que se han visto luego movilizaciones progubernamentales en un momento en que se supone que debemos cuidar nuestra salud. Cuando se trata de manifestaciones afines al gobierno, sí se puede hacerlas.

Laura: La participación juvenil se ha evidenciado históricamente en Colombia desde las calles. El inconformismo con el gobierno no se ha detenido con la pandemia, máxime cuando la realidad del abuso policial ha generado aún más rabia de la población en contra del Estado.

En cuanto a lo educativo, hubo luchas de las universidades públicas, entre ellas, de manera destacada la Universidad Pedagógica Nacional, la Universidad Nacional de Colombia, que exigieron la Matrícula Cero y lograron obtenerla en algunas carreras.

En Colombia está muy presente la pregunta ¿Qué hago? ¿Peleo por mis derechos porque me los están quitando y me están matando? Nos está matando el mismo Estado o el COVID-19.

Carlos: Al conjunto de las y los jóvenes de Chile, la historia y los hechos de los últimos años dejaron más que claro, que la participación social no tiene que ver con la participación institucional. No se trata de votar cada cuatro años dentro de las instituciones que son corruptas. Las mesas de diálogos con estudiantes levantadas en los distintos gobiernos han fracasado, debido a que no están dispuestos a abandonar medidas desiguales para la educación.

En segundo lugar, existen muchos dirigentes antiguos del movimiento estudiantil, fundamentalmente del 2011, que llegaron al parlamento, que hoy votan a favor de leyes represivas para criminalizar la protesta social y son las y los mismos que firmaron el «acuerdo por la paz» con el gobierno genocida de Sebastián Piñera.

La participación no la vemos por esa vía, sino con la participación en la movilización y las calles. Nosotras y nosotros venimos de un proceso de la revuelta popular del 18 y el 19 de Octubre de 2019, donde el conjunto de las y los estudiantes dejamos claro que nuestra participación iba a estar en las calles y organizándonos en nuestros espacios.

Ahora en el contexto de pandemia, cierran las universidades, cierran los liceos y los colegios, por lo tanto, el espacio natural de los estudiantes para organizarse queda cortado. Eso no significa que no estemos organizando actualmente, sino que hay un viraje en el que nos trasladamos al territorio. Muchos jóvenes de distintos territorios están armando comités populares de salud, están levantando ollas comunes, redes de abastecimiento ante la escasez de alimentos en los barrios más pobres. La participación está en la calle, en los barrios por aquello que los gobiernos no han garantizado. Estamos ejerciendo el derecho a la dignidad.

Cuéntennos un poco sobre este proceso de diálogo que han hecho con jóvenes de todo el territorio continental y caribeño de nuestra Abya Yala. ¿Qué acciones proyectan después de los encuentros con jóvenes de la región? En vísperas de estos encuentros, ¿qué balance pueden hacer?

Jazmín: El Martes 13 estaremos haciendo la presentación pública de Mesas de Trabajo que se van a realizar un día antes. Estos procesos de diálogos de jóvenes estudiantes de toda la región se vienen realizando desde el mes de Agosto. Todo esto nace de la Campaña por el Derecho a la Educación en México (CADEM), quienes impulsaron estos diálogos. A partir de allí surgió la pregunta por un verdadero espacio que nos represente que realmente respalde nuestros procesos de cambio y construcción social.

Teniendo en cuenta que el movimiento estudiantil de Latinoamérica y el Caribe (MELAC) viene en formación desde el 2018 – cuando nace la idea de construcción de movimiento social regional- vimos que es el momento de reunirnos, escucharnos y vernos, facilitado por la tecnología virtual. Así llegamos a países y regiones que no esperábamos. Así comienzan estos conversatorios y la semana próxima estaríamos realizando nuestro Tercer Encuentro y que el proceso no se va a quedar ahí, sino que se sistematizará, escuchando las voces de las juventudes, de las y los estudiantes. Queremos presentarlo directamente a las organizaciones que trabajan por el Derecho a la Educación y que el Movimiento pueda seguir creciendo y haciendo presente la participación estudiantil y juvenil.

Laura: Este tercer Encuentro está coordinado por Perú y Colombia. Desde el mismo proceso de organización se ve una clara influencia desde los jóvenes. Es importante rescatar el hecho que la organización, las ideas, las propuestas, son acompañadas por adultos, pero son lideradas por los jóvenes y eso es trascendental.

También ha sido importante mirar cuáles son las perspectivas en un mismo eje temático desde los diferentes países de América Latina. Porque hay coincidencias, pero hay cosas que no suceden igual. Eso enriquece muchísimo estos encuentros, encontrando puntos en común, proponiendo soluciones a nivel latinoamericano y encontrar también esas pequeñas disidencias de culturales o de otro carácter, que nos permiten aprender de los otros.

Sería muy interesante que sea un proyecto a futuro, asunto que discutiremos sobre la marcha.

Carlos: Comparto lo anterior. Hemos dado un primer paso que tiene que ver con dialogar y expresar ciertos principios de articulación. Ha sido importante conocer las realidades de los distintos lugares, no solamente mediante la prensa formal, sino a través de los mismos actores educativos que están planteando sus distintas problemáticas.

Sería interesante ver como esta instancia se proyecta más allá, que exista una organización mayor que nos permita no solamente discutir y conversar sino también que esta articulación regional que se está formando desde los movimientos estudiantiles y juveniles pueda tener una perspectiva de levantar movilización y propuestas en conjunto a nivel latinoamericano.

Por ejemplo, si no hubiera sido por escuchar a las y los compañeros de Colombia respecto a la cruel represión, la masacre que sufren los dirigentes sociales, dirigentas socioambientales, juveniles, incluso niños y niñas, nosotros no nos hubiéramos enterado. Ante ello, el apoyo internacional que podamos tener entre nosotros, entre esta Latinoamérica unida que hay que empezar a construir, es fundamental.

Si pudieran decir alguna frase que nos ayude a despedirnos con el corazón y el sentipensamiento puesto en la esperanza…

Laura: Me gusta una frase de Silvio Rodríguez que alienta y refleja la esperanza: «Quedamos los que puedan sonreir, en medio de la muerte y en plena luz.»

La esperanza es en el contexto colombiano lo que sigue moviendo a la gente a decir «¡Necesitamos un cambio y necesitamos hacerlo Ya!»

Carlos: Me gustaría despedirme con dos frases. La primera, a modo de esperanza y rebeldía que tienen las y los estudiantes y jóvenes de los distintos países de América Latina, «Lo que nosotros no hagamos por nuestra educación, no lo va a hacer nadie». Los gobiernos son incapaces de resolver la problemática educativa, quieren seguir fomentando el negocio en la educación, por lo tanto, la única solución es organizarnos y movilizarnos.

Ya que estamos en Octubre, un mes tremendamente importante en Chile ya que se conmemora un año de la revuelta popular, me gustaría comentar una frase que leí en un lienzo en una marcha cuando nos empezamos a movilizar en el año 2012 : «Sepan los nacidos y los que están por nacer, que nacimos para nacer y no para ser vencidos». Porque efectivamente hay que tener una lógica de esperanza, una disposición de poder avanzar en los derechos sociales y poder conquistar nuestras demandas como pueblo.

Jazmín: Lo importante es no perder la fe y la esperanza en la humanidad en esta sociedad que está viviendo cambios constantes. La humanidad aún puede rescatarse de estos cambios para mal que vienen sucediendo por años en los diferentes países de la región.

Tener una misma sintonía de cambio desde las juventudes, desde las y los estudiantes de la región, hacen ver que esto no es parte del futuro, ya estamos en el presente. Somos nosotras y nosotros quienes decidimos los cambios que queremos para nuestra sociedad.

La clave está en «No perder la humanidad y no perder fe en las personas».

Escucha la entrevista aquí:

Cobertura conjunta PRESSENZA, ALAI y ALER.

Producción: María Cianci Bastidas, ALER.

Transcripción: Javier Tolcachier, Pressenza