Durante el 2018 y 2019 las cifras de migración al interior América Latina y El Caribe han crecido dramáticamente con personas provenientes de Venezuela tras la crisis económica, política y social que vive el país; la migración colombiana debido al conflicto armado interno ha continuado a pesar de los acuerdos de paz; y las llamadas “caravanas de migrantes centroamericanas”, que, si bien ésta última ha estado presente históricamente, en el último año evidencian una cruda crisis humanitaria.
Las caravanas de personas migrantes centroamericanas que partieron rumbo a Estados Unidos son una serie de éxodos iniciados en octubre de 2018 con el objetivo principal de ingresar a ese país en busca de mejores condiciones de vida. Según organizaciones civiles y autoridades, se trata de una cifra histórica, ya que el promedio anual de personas en tránsito suele ser de entre 150.000 y 400.000. Respecto a la migración venezolana, según cifras de ACNUR y OIM a junio de 2019 son 4 millones de personas venezolanas que se han visto obligadas a dejar su país por múltiples motivos.
Frente a esta realidad migratoria en nuestro continente nos preguntamos ¿Qué pasa con el panorama migratorio? ¿Por qué las personas se ven obligadas a migrar? ¿Qué ocurre con las políticas migratorias en los países? ¿Qué adversidades encuentran las personas migrantes en sus trayectos? ¿Qué ejemplos de solidaridad de los pueblos existen con las personas migrantes?
Para conversar sobre estos temas nuestro compañero Rafael Menjivar de la Asociación de Radiodifusión Participativa de El Salvador – ARPAS, entrevistó al activista, sacerdote católico mexicano y defensor de los derechos humanos de los migrantes Alejandro Sodalinde Guerra, director del albergue “Hermanos en el Camino”, que proporciona asistencia humanitaria e integral, además de orientación a las personas migrantes de América Central y América del Sur, en su paso hacia los Estados Unidos.